Diversión en Miami
Fernando Trueba se mostró bastante contento de su experiencia americana, aunque declinó amablemente comentar sus proyectos cinematográficos arguyendo que ahora lo que le conviene es descansar en territorio conocido. Por lo que respecta al rodaje, destacó la reconocida profesionalidad de los norteamericanos y lo bien arropado que se sintió en Miami por actores y técnicos. Andrés Vicente Gómez puso la guinda económica al afirmar que una película como Two much se hubiera puesto en los 20 millones de dólares de presupuesto si fuera una producción exclusivamente norteamericana. Cabe, pues, quitarse el sombrero ante la capacidad de ahorro de nuestros cineastas.Y también, ¿por qué no?, ante sus muestras de ingenio para adecuar las situaciones de un libro a la gran pantalla. Por ejemplo el protagonista de la novela de Donald Westlake no es un hispano, con lo que la presencia de Antonio Banderas se ha justificado presentándole como el hijo madrileño de un americano y una española que sólo lleva cuatro años en Florida. Aprovechando tal situación , no ha sido difícil convertir a su progenitor en un veterano de la brigada Lincoln, entre entrañable y senil, que se, ve obligado a echarle una mano a su catastrófico vástago. .
"Siempre he sentido una gran simpatía por los voluntarios norteamericanos en la guerra civil española", dijo Trueba. "Son un prototipo de gente dispuesta a dar la cara por una buena causa. Me apetecía homenajearles, entre otras cosas porque ya quedan muy pocos. Creo que unos 400. Con ellos no llenaríamos ni un minicine".
Sepan también los que tienen por costumbre irse cuando empiezan a desfilar los rótulos finales que se perderán la aparición de Cachao, el percusionista favorito de Andy García.
Babelia
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