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CONFERENCIA EUROMEDITERRÁNEA

El forcejeo con Alemania

Xavier Vidal-Folch

Enfocada en el primer semestre de 1994 la primera prioridad, los pecos, había que rescatar la segunda, los meds. Pero para los euronórdicos, el Mediterráneo quedaba lejos, y además la UE ya se rascaba el bolsillo con el Este. En otoño de 1994 todo se aceleró, gracias al efecto combinado de las presiones de las diplomacias española y francesa y la iniciativa de la Comisión. España susurró en septiembre de 1994 a la locomotora Alemania que bloquearía la expansión al Este si el Sur no recibía parecido trato. Y el comisario responsable de la zona, Manuel Marín, obtuvo el 19 de octubre el apoyo de la Comisión a su documento Reforzar la política mediterránea de la UE mediante una asociación euromediterránea. Seguía para el Sur la planilla de la política del Este, excepto la perspectiva de la integración: zona de libre cambio progresiva para el año 2010 con normas comunes, acompañada de ayudas financieras (previó 5.500 millones de ecus, 880.000 millones de pesetas), y articulación institucional, a cambio de adhesión a los principios democráticos. Una oferta, en el fondo, de bienestar -aunque con ajuste duro- a cambio de asegurarse un gran mercado.Los datos para convencer de la necesidad del paralelismo Sur-Este fueron: un mercado de 304 millones de consumidores (frente a 116 del Este); un PIB de más de 40.000 millones de pesetas (frente a 25.000 millones); un superávit comercial doble; una dependencia energética del Sur del 24% (frente al 1 %), y una inmigración de 4,6 millones de mediterráneos (contra 700.000).

Más información
Cuando Europa descubrió el Mediterráneo

Ablandado, el canciller Kohl aceptó en la cumbre de Essen el paralelismo. La cumbre de Cannes aprobó las cifras en junio, tras un forcejeo Helmut Kohl-Felipe González: 6.692 millones de ecus para los pecos, 4.685 para los meds.

Quedaba así desbloqueada, desde la UE, la política euromediterránea. Europa descubría el Mediterráneo, como un todo. Empezó a plasmarse con acuerdos de asociación gemelos (Túnez, Israel, Marruecos) que reproducen, adaptado, el modelo básico. Ahora, la Conferencia de Barcelona debe formalizar su aceptación por todos los ribereños. Pese a que perviven las divisiones que resumía Leonardo, el Mediterráneo tiene la oportunidad de volver a ser una region.

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