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Crítica:LA SEMANA EN POP
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Amor y sexo

El pop británico nunca ha dejado de exportar pequeñas grandes bandas aún cuando los rumores de una crisis creativa hacían divagar sobre una posible afectación de los órganos vitales de su imaginación. Dos de estas bandas, Radio Head y Pulp, pasaron por los escenarios madrileños para corroborar que el dominio que tienen sobre el pop siempre ofrecerá gratas sorpresas. Radio Head acaban de publicar su segundo trabajo, The bends,n con el peso del éxito arrollador que les proporcionó Creet, una de las canciones de su primer trabajo, Pablo Honey. Creet es una balada perfecta que condensa en sus entrañas la dulzura y el desgarro, que son al fin las sensaciones que la banda domina con una destreza cautivadora. Sin mucho artificio ni complicaciones en su pentagrama, los músicos imantaron la sala con lo exquisito de su interpretación. Thom Yorke, el vocalista de la banda, es una de las piezas fundamentales de su romántico montaje musical; cantó, pasando a través de las roturas de la guitarra y de los silencios, dominando el terreno holgadamente, aunque, eso sí, con el respaIdo de unos músicos que tienen muy claro lo que quieren transmitir. Para Jarvis Cocker, el vocalista de PuIp, probablemente fue también una noche agradable ante la respuesta obtenida por el numeroso público. Jarvis, mucho más expresivo, corporalmente que Thom Yorke y recordando descaradamente en sus modales y vestimentas a Brett Anderson, el vocalista de Suede fue desgranando las canciones con el halo de iluminado tan corriente en los cantantes del cambio de década de los setenta a los ochenta, espacio desde donde su inspiración brota enérgicamente. Pulp no es una gran banda, pero si son unos estupendos asimiladores de las claves mas acertadas: un pop verdaderamente futil que basa su discurso inmediato en el sexo y su parafernalia.

El sexteto combinó las melodías con la distorsión en un cálculo perfecto de emociones, las notas sencillas de Cándida Dole sobre su teclado y el violín eléctrico que Russell Senior tocó en algunos temas añadieron el detalle que logró aligerar los pasajes más repetitivos de su música.

Pero al fin la diversión es la mejor baza con la que Pulp puede contar, y es la que les sumó puntos.

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