El fuego castiga al colegio de San Antón
Un incendio consumió ayer parte de las instalaciones del colegio más antiguo de Madrid, el de las Escuelas Pías (los escolapios) de San Antón, cerrado y abandonado desde hace siete años. El fuego destruyó, según los bomberos, el 20% de los 18.000 metros cuadrados del edificio, ubicado en la calle de Hortaleza 83, desde hace 200 años. Los vecinos alertaron a la policía y a los bomberos sobre las cinco de la mañana, cuando vieron que de la techumbre del inmueble salían llamas de cínco metros. Sin embargo, según Pedro Gallardo, jefe de bomberos, el incendio debió, declararse bastantes horas antes "en la segunda planta [tiene tres]". "Se prendieron las vigas de madera, el fuego fue ascendiendo y, al llegar al techo, los vecinos pudieron verlo y avisarnos.
La causa del incendio se desconocía aunque tanto el párroco de la iglesia de San Antón, colindante al colegio, como el jefe de bomberos, apuntan a una hogera prendida por algún okupa o mendigo. "El edificio no tenía luz desde hace un año, así que es imposible que se diera un cortocircuito. O una hoguera o no me lo explico", decía Pedro Gallardo. "Es lo único lógicoía el padre Villar, párroco de la iglesia. El jefe de bomberos apuntó al respecto que era muy posible que el incendio se hubiera declarado alrededor de las siete o las ocho de la tarde.
Para corroborar la teoría de la hoguera, Fernando Macías, jefe del departamento de Edificación Deficiente del Ayuntamiento, apuntó a Europa Press que hace 15 días los bomberos habían recibido una llamada que denunciaba una gran humareda provocada por un grupo de mendigos alojados en las ruinas del colegio.
Litigio por la propiedad
La propiedad del antiguo colegio, que ha pasado por varios dueños en los últimos años, es causa ahora de un litigio en los tribunales. Al colegio no fue ningún alumno desde el principiodel curso 89-90. Siete meses después, en abril, el consejo provincial de las Escuelas Pías vendió el edifico a una empresa privada denominada Residencia de San Antón S.A. El objetivo de la asociación, que ofreció 1.000 millones, era el de convertir el antiguo colegio en una residencia de lujo para ancianos. Pero San Antón S.A. vendió en noviembre de 1990 el edificio a Ia gestora, de la cooperativa PSV. La intención, entonces era que fuera sede de un centro de formación. Una portavoz de PSV declaró ayer que el plan era pagar, 2.300 millones de los que PSV solo ha bía abonado 230 antes de su sus pensión de pagos. "IGS tiene la posesión del inmueble, pero los verdaderos propietarios son San Antón S", dijo el portavoz. Este galimatías legal quiere decir, según explicó la portavoz, que desde el año pasado, IGS se encuentra, en litigio con la aso ciación San Antón SA a fin de que la gestora pierda todos sus derechos sobre la propiedad a cambio del dinero, que entregó.
El alcalde, José María Alvarez del Manzano, que llegó al lugar de los hechos alrededor de las nueve de la mañana, comentó que pedirá a ICS que instale una cubiena provisional.
En la lucha contra el incendio participaron unos 70 bomberos de cuatro parques, apoyados por doce coches, tres de ellos con escalas. El primer temor de los bomberos fue que el incendio afectara a la iglesia de San Antón, famosa porque cada 17 de enero se celebran la bendición de los animales. La iglesia, al final, no sufrió muchos daños. Eso sí, los bomberos tuvieron que abrir un boquete en la bóveda para atacar las llamas. Aún así; debido a las propias tareas de extinción, muchas de las piezas artísticas que atesora la iglesia fueron trasladadas. Los policías municipales se encargaron de poner a salvo del agua de las mangueras grandes candelabros, relojes de pie, las reliquias de San Valentín, tallas-de madera y la reproducción de un cuadro de Goya, La primera comunión de San José de Calasanz. A medianoche la iglesia estaba a salvo, pero con aspecto de haber sido el escenario de una espectacular mudanza: la araña del techo descansaba en unos reclinatorios, algunas estatuas de santos se encontraban apiladas en el pasillo y varios cuadros se protegían del agua con plásticos.
Distinto era el aspecto del colegio. La escalera de madera de la puerta principal, por la que entraban, en su tiempo las visitas importantes, conservaba a duras penas su estructura, llena de maderos tiznados y cascotes.
El edificio albergaba cuatro patios interiores, pasillos, dependencias y aulas aún con pupitres de madera, muchos de los cuales ardieron.
La techumbre del edificio fue lo que más sufrió: un tercio de la cubierta se desplomó por la mañana, llevándose a su paso buena parte de la planta tercera, la última. Los bomberos temían que el peso de los escombros derribara también la planta segunda del edificio.
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