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Éxito de Rostropóvich en su regreso al Bolshói

La reina Sofía, invitada especial

El famoso teatro Bolshói, renovado este año después de que el coreógrafo y bailarín Vladímir Vasíliev asumió su dirección, comenzó la temporada operística con la puesta en escena de la que es considerada la más rusa de las óperas rusas: Jovánshchina, de Modest Mussorgski. Mstislav Rostropóvich y Borís Pokrovski se han unido para realizar la versión de Dmitri Shostakóvich de la obra de Mussorgski, que trata sobre la rebelión de los fusileros moscovitas al mando del príncipe Iván Jovanski en 1682, a comienzos del reinado del zar Pedro el Grande.

Los críticos han aplaudido el esfuerzo y alabado la música, pero no se han mostrado entusiastas con esta puesta en escena, que consideran superficial. El público moscovita tuvo dos oportunidades de ver a Rostropóvich dirigiendo la orquesta del Bolshói: el jueves y ayer, los dos estrenos de la ópera. El último espectáculo contó con la presencia, entre otras pesonalidades, de la reina Sofía -que viajó especialmente invitada por Rostropóvich-; del primer ministro ruso, Víktor Chernomirdin, y de la primera dama, Naína Yeltsina. En el palco de honor, además de doña Sofía, Chernomirdin y la esposa de Borís Yeltsin, presenciaron la representación la infanta Cristina, Irene de Grecia y el embajador español, Eugenio Bregolat.

Tanto para Rostropóvich gran violonchelista y director de orquesta como para Pokrovski -considerado el mejor director de ópera ruso- esta puesta en escena significa un regreso: el primero, después de muchos años, ha tomado la batuta para dirigir nuevamente la orquesta del Bolshói y el segundo vuelve al teatro que encabezó en los años cincuenta y sesenta. Y para el Bolshói siginifica a el primer fruto de la renovación prometida por Vasíliev, quien, entre paréntesis, también colaboró en esta puesta en escena como coreógrafo.

Ópera inacabada

La historia de Jovánshchina es trágica: los fusileros son aplastados, el príncipe Vasili Golitsin -favorito de la princesa regente Sofía- es desterrado, Jovanski muere asesinado y los viejocreyentes prefieren quemarse vivos a caer en manos de las tropas del zar. Durante ocho años escribió Mussorgski esta ópera -de 1873 hasta su muerte, en 1881-, pero no logró terminarla. Esta tarea la cumplió su amigo Nikolái Rimski-Korsakov, dos años más tarde. Pero el destino de la obra fue difícil, ya que la censura no podía permitir la imagen heroica de los viejocreyentes. El teatro imperial Mariinski se negó a representarla y Rimski-Korsakov sólo consiguió montarla con aficionados en 1886, debiendo hacer una serie de cortes y cambios para que fuera permitida. Jovánshchina ganó su fama gracias al gran bajo Fíodor Chaliapín, que logró su puesta en escena en el Mariinski y, en 1912, en el Bolshói. Es precisamente la versión de Rmiski-Korsakov la más popular.Rostropóvich considera que era su obligación poner Jovánshchina en la redacción de su amigo Shostakóvich, que data de 1959. "En ella, la ópera empieza y termina con el amanecer en el río Moscova. Ésta no es una idea de Mussorgski, sino de Shostakóvich. Shostakóvich fue un visionario y esta ópera es verdaderamente actual", dice Rostropóvich. Para éste, es importante que después de la tragedia que significa la muerte y el aplastamiento de las fuerzas conservadoras haya optimismo: el amanecer de una nueva época.

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