Chus Gutiérrez indaga en los valores de la cultura gitana

No aparecen chabolas ni traficantes, ni siquiera navajas. En Alma gitana, filme que abre hoy el Festival de Cine de Mujeres de Madrid, su directora, Chus Gutiérrez, ha plasmado la vida cotidiana de los gitanos, sus valores y su cultura. Alma gitana narra los amores entre una gitana y un payo con dos actores debutantes -Amara Carmona, prima de los Carmona del grupo Ketama y el gallego Pedro Alonso-. En la película, que se desarrolla en el barrio madrileño de Lavapiés, participan también Peret, Merche Esmeralda y Saturnino García.Aunque Alma gitana -el tercer largometraje de la directora después de Sublet y Sexo oral- le llegó a Chus Gutiérrez por encargo, ella ha puesto toda la sangre en el proyecto. Granadina, Gutiérrez no era ajena a la cultura gitana ni al flamenco, pero sí que ha aprovechado para investigar en profundidad sobre su forma de ver la vida y sus relaciones con los payos. "No es ninguna novedad que el mundo gitano es machista. Las mujeres lo tienen muy asumido, lo aceptan y lo defienden. Es su manera de entender una vida que tiene muchos valores y muy interesantes", dice Gutiérrez.

De esa manera se ve a sí misma la joven debutante de 18 años Amara Carmona -"estoy orgullosísima de la cultura gitana y soy muy consciente de mi virginidad para el matrimonio"-, quien cree que Alma gitana puede contribuir al conocimiento entre payos y gitanos. "El rechazo está provocado por la ignorancia", afirma. Al igual que Carmona, Pedro Alonso, un vigués de 24 años, llegó al filme a través de un casting. Alonso trabajaba con el grupo teatral La Fura dels Baus cuando le sugirieron hablar con Gutiérrez, que llevaba tres meses buscando al protagonista masculino. "Fue un amor a primera vista", dice Alonso, quien confiesa sufrir bastante viéndose en la pantalla y no quiere que su incursión en el cine le lleve a precipitaciones innecesarias.

Ya Alma gitana ha conseguido una segunda oportunidad para los dos protagonistas. Ella ya ha trabajado en la película Cachito, de Enrique Urbizu, y él lo ha hecho en Tengo una casa, el filme de Mónica Laguna producido por Almodóvar.

La película, que tiene previsto su estreno a principios del año próximo, ha sido muy bien acogida entre los gitanos, aunque no oculte el racismo que también existe entre muchos de ellos frente a los payos. "Los gitanos son racistas por autodefensa, es una reacción lógica ante el rechazo que provocan", señala.