González trata de recuperar el apoyo del PNV con el desbloqueo de la negociación autonómica

Felipe González y su Gobierno quieren remendar sus deterioradas relaciones con el PNV para sobrellevar en mejores condiciones los dos meses de vida parlamentaria que quedan. La entrevista que hoy celebran en Madrid el ministro para las Administraciones Públicas, Joan Lerma, y el vicepresidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, para estudiar un nuevo bloque de traspasos al País Vasco en el último tramo de la legislatura se interpreta como un gesto del Ejecutivo, en esa dirección. La reunión de hoy viene precedida del envío de una carta del presidente González al lehendakari Ardanza hace 15 días y de un encuentro hace más de un mes entre éste último y el ministro Lerma.

El Gobierno necesita al PNV en esta fase final de la legislatura. Especialmente en el Senado, donde tiene la llave en la comisión de investigación sobre los GAL tras perder el PSOE y Convergencia i Unió (CiU) la mayoría en la Cámara alta tras las elecciones autonómicas de mayo. De los nacionalistas vascos pueden depender decisiones tan trascendentes como que Felipe González o los inculpados Ricardo García Damborenea, José Amedo y otros comparezcan a declarar ante la comisión. De hecho, la propia comisión GAL no hubiera nacido de no haberse empeñado el PNV en que así fuera.Pero el Gobierno y el PNV están cuidando las formas, y en ningún momento ha trascendido de manera expresa una vinculación entre la necesidad de apoyo que tiene el PSOE en el Senado y el impulso autonómico que trata de promover el Ejecutivo. Se presenta como una cuestión de gestos. El Gobierno confía en que sus gestos proclives a la negociación autonómica pueden ser correspondidos en el terreno parlamentario por el PNV, aunque los nacionalistas vascos tampoco disponen de mucho margen de maniobra en una comisión como la de los GAL, debido a la presión ejercida desde todo el espectro nacionalista del País Vasco.

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El presidente González envió hace quince días una carta al lehendakari Ardanza en la que mostraba su disposición a a impulsar el desarrollo autonómico y retornar unas relaciones que no han hecho más que deteriorarse desde el debate sobre el estado de la nación de febrero pasado, en el que el PNV quedó marginado del pacto entre el Gobierno y CiU. Ardanza calificó de "positivo" el contenido de la carta de González.Previamente, en septiembre se reunieron en Vitoria el lehendakari Ardanza y el ministro Lerma. En el encuentro, el titular de Administraciones Públicas adelantó su compromiso de impulsar el Estatuto de Gernika en los meses que restan hasta finalizar la legislatura. Ardanza sacó una impresión positiva sobre la sensibilidad autonómica del nuevo ministro. Posteriormente, el lehendakari envió una carta al Gobierno central en la que recogía las 45 demandas de traspasos del Gobierno tripartito vasco, suscritas también por el Partido Socialista de Euskadi.

La carta de respuesta de González a Ardanza ha dado pie a formalizar la reunión de hoy. Sobre la mesa en la que se sentarán Lerma e Ibarretxe figura un paquete de media do cena de traspasos, cuyas estrellas son el Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA) y el personal de la administración de Justicia. El traspaso del SENPA puede suponerle al Gobierno vasco la gestión de unos 30.000 millones de pesetas procedentes de los fondos europeos, y el personal de la ad ministración judicial es una vieja reivindicación vasca. La reunión de hoy servirá para dar luz verde a las ponencias técnicas.

Pero lo más importante para ambas partes son los objetivos políticos, la recuperación de una relación en la que soplan malos vientos. Un intento de restaurar el diálogo la primavera pasada se saldó con un fracaso. Las reunión entre González y Ardanza, así como las que mantuvieron Xabier Arzalluz e Iñaki Anasagasti con el entonces vicepresidente Narcís Serra para tratar de desbloquear el proceso autonómico no fructificaron. El escándalo de las escuchas en junio y la consiguiente paralización del Gobierno terminaron por enterrar las conversaciones.

El interés de González y Lerma por recuperar la relación con el PNV tiene también importancia estratégica. Quieren dejar clara su voluntad de cumplir los compromisos alcanzados en el debate de investidura ante un posible socio, sea en el Gobierno o en la oposición.