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Reportaje:VOLCANOLOGÍA: PROYECTO TEIDE

Los mayores riesgos geológicos de las islas Canarias

Un relato de Platón sirvió para construir el mito de un extenso continente al oeste de Gibraltar, del que, tras hundirse en el mar, en sólo un día y una noche, quedaron en la superficie las cumbres más altas: las hoy conocidas como islas Canarias. Pero aunque se conservan aún varios mapas de la Atlántida sumergida, hace ya tiempo que los geólogos discuten otras hipótesis para el origen de Canarias, sin acabar de ponerse de acuerdo. Y no es la única cuestión escabrosa relacionada con la geología del archipiélago. Todavía no hay respuesta unánime para preguntas como cuáles son los principales focos de riesgo en estas islas volcánicas o qué técnica es la mejor para vigilar el Teide, en Tenerife.Desde que hace tres años el Teide fue elegido para ser uno de los cinco volcanes laboratorio europeos, más de 200 investigadores han estudiado el volcán activo más alto de Europa (3.718 metros) con toda una batería de modernas técnicas, entre ellas las que permite el buque oceanográfico español Hespérides. Este mes se presentarán los resultados definitivos de este Proyecto Teide, junto con un sistema de información geográfica, aún a medias, que integrará todo lo aprendido y que deberá ser empleado, en última instancia, por la Administración local.

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Una falla 'psicológica'

"Hemos analizado la geología marina de la isla y de toda la región, la sismicidad volcánica, la composición química, las edades de las rocas, la evolución... y disponemos ya de un método de modelización que permite, en función de los datos disponibles, reproducir en el ordenador erupciones pasadas y ver que ocurriría en las futuras: hasta dónde llegarían las cenizas, cómo se comportarían si el viento cambiara", explica Vicente Araña, coordinador del proyecto.

Un volcán activo

En su opinión, una de las principales aportaciones del proyecto es que "ahora sabemos que el Teide está perfectamente activo, como puede estar el Vesubio, y no en una fase terminal de su vida". "Hemos localizado la cámara magmática un poco por debajo del nivel del mar, lo cual es muy significativo desde el punto de vista del riesgo. En realidad hay que imaginarse no una cámara, sino una gran zona de cámaras en un estado energético lo suficientemente bajo como para que, por sí mismas, no puedan provocar una erupción. Pero también hemos encontrado que todavía podrían reactivarse si reciben una influencia externa, como el agua de mar. Y cuando esto ocurre, el índice de explosividad se puede multiplicar por cien".Otros expertos no implicados en el Proyecto Teide insisten, en cambio, en que no es este volcán, ni siquiera otros, el principal factor de riesgo geológico en Canarias. Jamás afirmarían que el Teide nunca va a entrar en erupción, pero opinan que la versión de Araña puede estar contaminada por el deseo de que la Unión Europea no pierda interés por un proyecto en el que lleva invertidos 200 millones de pesetas.

Uno de los trabajos enmarcados en el Proyecto Teide ha resucitado la vieja polémica de cuál es la mejor manera de vigilar los volcanes. Un equipo encabezado por Ramón Ortiz (del Museo Nacional de Ciencias Naturales) ha desarrollado un aparato pequeño para detectar los movimientos sísmicos causados por el desplazamiento del magma en las entrañas del volcán.

Hoy sabemos", dice Araña, que es muy difícil que las estaciones de una red sísmica funcionen bien. Se tiende a emplear equipos transportables en una simple maleta al lugar y en el momento en que se necesiten".

Pero en esto no coincide con expertos como José María Fúster y Juan Carlos Carracedo, director de la Estación Volcanológica de Canarias, del CSIC. Éste asegura que con las redes del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y del CSIC, "las islas están perfectamente dotadas. Tenemos la tecnología más moderna, otra cosa es que fallen los recursos humanos". Pero, Araña mantiene que "las estaciones del CSIC investigan pero no vigilan, y las del IGN, al revés".

Las avalanchas, como la que sucedió tras la aparatosa erupción en 1980 del volcán Saint Helen's, constituyen otro peligro: "Es una posibilidad muy remota, pero creemos que en estos deslizamientos masivos está el mayor riesgo en el archipiélago. No en el riesgo volcánico", dice Carracedo. Su equipo, en colaboración con especialistas del University College de Londres y del Centro de Radiactividad Débil francés, ha alertado a la comunidad científica acerca de dos zonas conflictivas, en las islas de El Hierro y La Palma.

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