Penas de cárcel para Craxi, Bossi y otros 20 acusados por la mayor comisión ilegal de Italia
, Con cuatro años de cárcel y unos cinco millones de pesetas de multa, el ex líder socialista Bettino Craxi destaca entre los 22 condenados ayer por la Audiencia de Milán, en relación con el desvío de 150.000 millones de liras (casi 12.000 millones de pesetas) del grupo Enimont, operado por el desaparecido Raúl Gardini en los primeros años noventa, cuando era jefe de la familia Ferruzzi. Pero el más afectado por este juicio sobre la mayor comisión ilegal de la historia, es Umberto Bossi, el principal político en activo, que ayer afirmó que la condena es una respuesta a su lucha contra el sistema.
Umberto Bossi, uno de los políticos que más han denunciado la corrupción de "la vieja política ligada a Roma", sostiene indignado que el dinero recibido de la familia Ferruzzi, que tuvo a Gardini como jefe, fue una contribución voluntaria que su partido no pudo contabilizar, ya que el donante la daba en dinero negro.Los jueces le han condenado, pese a todo, a ocho meses de cárcel y cuatro millones de liras de multa. Del mismo modo, han asumido, con pequeñas rebajas, todas las peticiones que el ex fiscal Antonio Di Pietro hizo en el curso de la última audiencia de su carrera, celebrada el pasado 7 de diciembre, mientras el magistrado anunciaba que colgaba la toga.
El proceso Enimont ha sido el mayor de los instruidos por la investigación sobre Tangentópolis, metáfora de la corrupción derivada del vocablo tangente, con el que en italiano se denominan las comisiones ilegales. En él ha sido acusada la flor y nata de la clase política que dirigió Italia desde la posguerra hasta que, en 1992, estalló la operación Manos Limpias contra la corrupción ligada a la financiación de la política.
Los hechos del caso de Enimont arrancan de 1991, año de la disolución de la primera fusión entre Montedison, la empresa química controlada por Ferruzzi, y Enichem, la división química del estatal Ente Nazionale Idrocaburi (ENI). La operación fue proyectada por el propio Gardini, quien, cuatro años antes, en 1987, había conseguido elevar hasta el 37% la cuota de la familia de su mujer, Idina Ferruzi, en Montedison.
Compra de Antibióticos
Gardini llegó, expulsó pronto a Mario Schimberni, el dirigente que también en, 1987 compró Antibióticos para Montedison a Juan Abelló y Mario Conde, y se lanzó a la fusión con Enichem bajo el eslogan que había que crear el gran polo químico italiano. La operación se deshizo al cabo de apenas un año porque los dirigentes del ENI detectaron que Gardini estaba comprando subrepticiamente en Bolsa paquetes de Enimont, y entendieron que el objetivo del jefe del clan Ferruzzi no era otro que quedarse con todo el polo y hacer de la química italiana un gran negocio privado.Los políticos no lo permitieron. El ENI fue, desde su fundación por Enrico Mattei, la gran fuente de financiación en negrode los partidos. Enimont se deshizo.
Investigaciones posteriores potenciadas en 1993 por la quiebra de Ferruzzi revelaron la desaparición de los 150.000 millones de liras citados, que, en parte, fueron a directivos de los grupos que operaron para que la valoración de la parte de Enimont que se devolvía a Montedison fuera generosa. Otros recursos fueron a financiar las campañas para las elecciones de 1992 de casi todos los partidos italianos menos los de la izquierda, engrasando el aspecto político del problema Enimont.
Del grueso del agujero no se ha vuelto a saber nada más. Sergio Cusani, el financiero próximo a Bettino Craxi que hizo de intermediario para el pago de las comisiones, condenado en otro proceso, devolvió recientemente más de 2.000 millones de pesetas a Montedison para que le retirara las demandas pendientes.
Montedison
Por la sentencia de ayer han sido condenados altos dirigentes de Montedison, como Carlo Sama, cuñado de Gardini, y Giuseppe Garofano, el ex dirigente del grupo que compareció ante los jueces días antes de que se suicidaran Paolo Cagliari, ex presidente socialista del ENI, que estaba en la cárcel, y Gardini, en su casa de Milán. Estas condenas, cuatro anos y ocho meses por cabeza, son las más altas.
Entre los políticos, destaca el ex secretario democristiano y ex primer ministro Arnaldo Forlani, con dos años y cuatro meses; el ex ministro, también democristiano, Paolo Cirino Pomicino, detenido en Nápoles y en huelga de hambre por otros delitos, con dos años; el ex ministro socialista Claudio Martelli, con un año; el ex alcalde de Milán Paolo Pillitteri, cuñado de Craxi, con 10 meses; el ex secretario del Partido Liberal Italiano (PLI) Renato Altissimo, con ocho meses; el ex ministro socialista de Exteriores, Gianni De Michelis, con seis meses, y el ex líder republicano Giorgio La Malfa con seis meses y 20 días.
Bettino Craxi suma con ésta su cuarta condena, y también acumula otra De Michelis. El resto de los condenados son administrativos de partidos o intermediarios de los citados. [El ex primer ministro italiano rechazó ayer desde Túnez su condena por el escándalo Enimont y aseguró que recurrirá esa sentencia, informa France Presse].
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