España es un país plenamente secularizado, afirman sociólogos y expertos en religión
"Cabe preguntarse por el papel de la Iglesia ante una sociedad civil", dice Pérez Díaz
España es hoy un país plenamente secularizado, en el que la religiosidad se ciñe al ámbito individual y donde la religión ha dejado de ser el factor de antagonismo social que sembró de guerras el pasado, aunque la cultura católica sigue siendo básica. Ese planteamiento presidió ayer el debate de casi un centenar de expertos en las jornadas Religión y sociedad. Balance y prospectiva tras 20 años (1975-1995). Cambio religioso y vida cotidiana, organizadas por el Gabinete de Asuntos Religioso del Miisterio de Justicia e Interior, que hoy clausura el ministro Juan Alberto Belloch.
La secuarización de la sociedad española -especialmente en los últimos cinco años, tras siglos de predominio católico es evidente para la mayor parte de los sociólogos y religiosos participantes en las jornadas. "Se ha creado en España un nuevo clima" dice Juan Ramón Montero, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid. "El factor religioso, que en tiempos generó enfrentamientos, es cada vez más irrelevante en lo electoral. Los católicos no han votado a un único partido. Esos votos torcidos han contribuido a una tolerancia desconocida en un país que, decía. Bergamín, resolvía sus conflictos a cristazo limpio". "Las relaciones entre todas las Iglesias y el Estado son buenas, pero hay que ajustarlas en beneficio de todos los ciudadanos", dijo en la inauguración la secretaria de Estado de Justicia, María Teresa Fernández de la Vega. "España ha pasado de ser un Estado nacionalcatólico a uno no confesional, a una sociedad. plural y secularizada". Víctor Urrutia, director de Asuntos Religiosos, apuntó que en materia de acuerdos hay que contar con el hecho autonómico y lo específico de las Iglesias locales.
Los datos sociológicos son claros, aduce Montero: "En 1970, tres de cada cuatro católicos iban a la. iglesia. Hoy, la proporción se ha invertido. Y en temas como el aborto, sólo el cuarto supuesto, la libre elección de la mujer, provocaba en 1993 división entre los votantes del PP: los otros supuestos eran aceptados. Ante estas cosas hay un sector. de la jerarquía que reacciona con hostilidad, desconcierto e irritación: pero una cosa es el deseo y otra la realidad".
El reflejo electoral de la secularización no le parece lo más importante a Víctor Pérez Díaz, catedrático de Ciencias Políticas, de la Universidad Complutense de Madrid: "La Iglesia católica cambió en España porque se civilizó, en el sentido de acercarse a la civitas. Pero la influencia de la religión trasciende el partidismo. Lo que ahora experimenta España es la posibilidad de consolidar una sociedad civil real, y cabe preguntarse por el papel de la Iglesia ante un Estado de derecho, un asociacionismo sin límites o un debate público presidido por la ecuanimidad y por la razón".
"La Iglesia católica ya no puede aspirar a la hegemonía", dice Joan Estruch, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona. "Ojalá prepondere en ella el sector que, sin ansias de reconquista, propugna una presencia activa pero sin esa intromisión de que hablaba Escrivá de Balaguer".
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