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40ª SEMANA INTERNACIONAL DE CINE DE VALLADOLID

"Busco los encuentros humanos"

"En cada película busco los encuentros humanos, no me interesa para nada haber una carrera artística dentro o fuera de Francia". La actriz francesa Emmanuelle Béart, de 32 años, presentó ayer en la sección oficial de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, su última película, Nelly y el señor Arnaud, de Claude Sautet. Hija del compositor y cantante Guy Béart, su infancia está en las Canciones de Brassens y Moustaki hasta que un encuentro casual con Robert Altman en Canadá decidió su vocación de actriz, en el cine y en el teatro clásico.Nelly y el señor Arnaud es casi ella, él, un salón y un ordenador. A partir de ahí son encuentros y desencuentros. La actriz declaró ayer que el de Nelly es un personaje muy diferente a los interpretados en su carrera, con 18 películas en los últimos 12 años, con directores como David Hamilton, Edouard Molinaro, Claude Berri, Yannick Bellon, Ettore Scola. Sus películas más recientes son Un corazón en invierno, de Sautet; El infierno, de Claude Chabrol, y Misión imposible, de Brian de Palma, que acaba de rodar durante cuatro meses y medio en Londres junto con el actor Tom Cruise. "En este último trabajo hubo momentos duros y momentos agradables, como siempre", dice.

"Espero que el público pueda apreciar las diferencias entre los distintos personajes interpretados, aunque cuando trabajo no pienso en el público sino en mis ganas de hacer una película. Nelly es un personaje diferente, es un personaje que observa y mira, como en un tránsito, como si estuviera en una sala de espera".

Ahora Emmanuelle Béart, Nelly en la pantalla, está en un hotel de Valladolid, con resfriado y el entusiasmo imprescindible para promocionar su película. Es una chica Dior -ella corrige y dice mujer- con un traje chaqueta ceñido blanco y negro (su color preferido) que se ha impuesto entre los nombres representativos del cine francés. Con Christian Dior ha firmado un contrato de tres años para ser su imagen en la alta costura, perfumes y maquillajes. "Es una imagen más viva y cotidiana". "Lo importante es dar vida a un personaje determinado, y que no eclipse a la mujer que hay detrás", dice Emmanuelle Béart, quien prefiere la experiencia a la formación artística. "Meto en mis personajes mi parte de recuerdos, pero sobre todo son personajes que nacen de mi imaginación. La vida es mi verdadero aprendizaje, ya que no tengo una formación específica. Hay un momento más intelectual cuando se analiza el texto, y se le destroza pero después en el plató es el momento concreto que ilumina. En mi caso cuenta más el corazón que la razón, el estómago que la inteligencia".

Cara de ángel

Béart conoce la opinión de Claude Chabrol sobre su personaje en El infierno, al manifestar su entusiasmo por la conjunción entre un rostro puro y un cuerpo lascivo. La actriz corrige y dice que la frase original fue una cara de ángel y un cuerpo de puta. "Es la forma excesiva de Chabrol o su misoginia". La actriz rechaza que aparezca con frecuencia desnuda en sus películas, menos en Nelly y el señor Arnaud donde sólo enseña un trozo de espalda. "No he tenido películas con desnudo, salvo en La bella mentirosa, donde la desnudez era fuente de creación. Nelly no enseña el cuerpo pero eso no significa que sea inocente. Sautet ha decidido que la mirada no se vaya a los senos o a los muslos sino a otras cosas, como ese despertar con los ojos. En la dirección de actores es muy meticuloso, casi obsesivo, que en este caso se aplica a un personaje complejo como el de Nelly, con zonas muy pronunciadas de luz y de sombras".

La actriz francesa sigue con interés la supervivencia del cine europeo frente a la industria norteamericana. "Me interesa porque es mi futuro. Sobre el cine francés veo que estamos vivos y estamos de pie, con una nueva generación de directores y de actores. Por supuesto que en el mercado el 80% es cine americano, pero lo importante es ver nuestras posibilidades y mantenernos tal como somos y no estar tan pendientes del cine de EE UU".

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