Un fiscal de polemico pasado

José Aparicio Calvo-Rubio obtuvo su mayor. notoriedad pública durante su etapa como gobernador civil de Lérida en la dictadura franquista, al descubrirse, en octubre de 1977, s u relación con un oscuro personaje, Miguel Gómez Benet, El Padrino, jefe de un grupo de fascistas leridanos que fueron acusados del atentado con bomba a la revista El Papus. Gómez Benet, que falleció un mes antes de ser juzgado por este atentado, había sido. nombrado por Aparicio Calvo-Rubio lugarteniente provincial de la Guardia de Franco.- Años después, en una entrevísta publicada en Abc en octubre de 1983, Aparicio Calvo-Rubio acuso de "manipulación, difamación y sectarisino" a EL PAÍS por las informaciones publicadas sobre su vinculación con Gómez Benet, -Aparicio en un primer rnomento había negado incluso conocerle- y dijo que sus discrepancias políticas con él "eran notorias".

Durante su mandato en Lérida. prohibió algunas conferencias, entre ellas una del filósofo José Luis López Aranguren. También denunció al Tribunal de Orden Público en 1973 a dos militantes catalanistas que, según diría Aparicio Calvo-Rubio en Abc 10 años después, formularon en un mitin "expresiones contra el ordenamiento jurídico vigente" '

Aunque fuentes de la carrera fiscal aseguran que en los últimos años Aparicio "ha cambiado mucho" otras fuentes recuerdan que tras su vuelta a la carrera, Aparicio protagonizé un sonado incidente interno . al presentar su candidatura para tratar de bloquear, junto al actual fiscal del Tribunal de Cuentas, Miguel Ibáñez, el nombramiento del progresista Jesús Vicente Chamorro como jefe de la Sala de lo Civil del Supremo.

En un tormentoso Consejo Fiscal, el entonces fiscal del Estado, Javier Moscoso, llegó a pegar un puñetazo en la mesa y amenazó a Aparicio y a Ibáñez con "ascenderles, pero dejarles en expectativa de destino" si bloqueban el nombramiento de Chamorro. El Consejo estuvo parado durante una hora.

Al final, Jesús Vicente Chamorro fue nombrado fiscal jefe de la Sala de lo Civil y Aparicio Calvo-Rubio, fiscal antidroga. Pero Enrique Abad, que ejercía de fiscal antidroga en funciones tras la renuncia de José Jiménez Villarejo y esperaba el nombramiento, tuvo que ser sacrificado. En la actualidad, Abad es jefe de la Fiscalía Antidroga.