Similitudes
La Piel es una veterana formación donostiarra que ha optado, respaldada por una multinacional, por sumergirse en aguas latinas, ritmos calientes y directos con sabor. En su favor tienen la capacidad de componer canciones de corte tradicional y con gancho comercial. Justo lo que le gusta al establishment. No tendrán, pues, problemas en hacerse un hueco en las filas delanteras del negocio del pop. Por contra, su propuesta carece, de momento, de la energía suficiente para traspasar el tejido epidérmico de quien les escucha. Dicho más claro, hay relativamente poca intensidad en su espectáculo en vivo y esto bien pudiera hacer que lo pop y lo latino combinaran una mezcla demasiado empagalosa e hiciera resaltar sus similitudes con otros grupos o artistas que, en estos momentos, están haciendo lo mismo con mejores resultados.Desimilitudes está ahíto el espacio artístico de The Jacobites. Desde el primer compás trazado por el grupo -de Nikki Sudden y Dave Kusworth, comienzan a desfilar tras ellos los fantasmas de los Stones de los primeros setenta, Dylan, Neil Young, Johnhy Thunders... Al igual que los Chesterfield Kings, se sitúan en el carro de los grupos-homenaje y renuncian a cualquier aportación del presente o adentramiento en la experimentación rockera. En directo, sin embargo, apenas logran traspasar la fotocopia. Suenan a grupo de carretera y es en ese minúsculo detalle en el que estriba su particular interés. Más bien para nostálgicos.
Los murcianos M-Clan, sin embargo, van consiguiendo liberarse de comparaciones que les, emparentaban estrechamente con The Black Crowes, en el presente, o el Joe Cocker del primer Woodstock. El sexteto, en vísperas de la edición de su primer álbum, ofreció en Madrid una actuación tremendamente eléctrica y apasionante, en la que dieron un repaso vigoroso a excelentes piezas en castellano, como Dentro de la esfera, Perdido en la ciudad, el I know a little, de Lynyrd Skynyrd, y un pedazo de single que lleva por título Vuelve. La banda funciona como un reloj suizo, y su cantante, Carlos, posee buena imagen, soltura escénica y el suficiente desgarro en la voz como para que su rock polvoriento y sureño toque en el corazón de una audiencia absolutamente entregada.
