El nuevo jefe de Intxaurrondo reclama la presunción de inocencia para sus hombres

El nuevo jefe del cuartel de lntxaurrondo, el teniente coronel José Ignacio Laguna, pidió ayer que sean los jueces y los tribunales quienes juzguen a los guardias civiles miembros de la 513ª Comandancia de Guipúzcoa y reclamó para sus hombres el derecho a la presunción de inocencia que establece la Constitución. En su discurso de toma de posesión oficial del cargo, que de hecho ocupa desde hace casi seis meses, el teniente coronel Laguna manifestó que el día de ayer debe constituir para los guardias civiles del cuartel de Intxaurrondo una jornada de reflexión sobre el hecho de que "todo el servicio de estos 12 meses apenas parezca contar" dijo, "ante el aluvión de comentarios negativos, dudas sembradas y acusaciones sin contrastar vertidas sobre esta comandancia"Como no podía ser menos, la sombra del general Galindo planeó efectivamente en los corros que los asistentes al acto formaron antes y después de los discursos y los actos oficiales. En su discurso, el propio teniente coronel Laguna advirtió a sus hombres: "No esperéis de mí grandes cosas.". Fue un comentario que se interpretó como un contrapunto necesario para liberarse del peso de tener que sustituir al laureado general. Galindo había previsto depositar su fajín de general en la capilla de Intxaurrondo en el día de ayer, al calor de la celebración de la festividad de la patrona del cuerpo, la Virgen del Pilar, pero no obtuvo la autorización de sus superiores, recelosos de que la figura de Galindo continúe vinculada permanentemente a la imagen al propio cuartel.

Mientras tanto, a las puertas del acuertelamiento, cerca de un centenar de militantes de EGI, las juventudes del PNV, caracterizaron con sus consignas -"ETA, GAL, berdin da [ETA, GAL, es igual]"; "Ni Galindo ni Floren Aoiz", en alusión al dirigente de Herri Batasuna, "Guardia Civil fuera de Euskadi, Ertzaintza en toda Euskadi"-,las acusaciones que mantienen a Intxaurrondo bajo el peso de la sospecha.

Los militantes de EGI, que portaban pegatinas en las que los símbolos de ETA, el hacha y la serpiente, aparecían entrecruzados con un tricornio, soltaron dos crías de cerdo a las puertas del cuartel, que permanecieron protegidas en primera instancia por varios. agentes de la Ertzaintza.

Flanqueado por el delegado del Gobierno en el País Vasco, José Antonio Aguiriano, y en presencia de Luis Navajas, el fiscal donostiarra que investigó la corrupción en la 513ª Comandancia de la Guardia Civil, y del resto de la autoridades civiles y militares, el nuevo responsable del acuertalamiento proclamó que la Guardia Civil cree en el Estado de derecho. "Por tanto, esperamos con sosiego que los medios de comunicacion informen, que la sociedad nos examine con rigor, que la historia presente la versión real de los hechos, pero también, como ciudadanos españoles que somos, permítasenos alegar que también a nosotros nos asiste la Constitución, que sean los jueces y los tribunales quienes nos juzguen", afirmó el teniente coronel Laguna.

En términos similares se expresó el delegado del Gobierno en el País Vasco, cuando señaló que "la ilicitud de algunas conductas no debe ser en manera alguna esgrimida para mancillar el honor de la institución n el buen nombre de la inmensa mayoría que lo componen".

Durante su intervención en un acto similar celebrado en e cuartel de La Salve, en Bilbao el gobernador civil de Vizcaya Daniel Arranz, animó a los guardias civiles "a poner a los corruptos donde se merecen ante los jueces", informa Aitor Guenaga. Añadió que si así se hace, quienes tendrán que pagar sus culpas serán "los pocos que se han beneficiado en la lucha contra el terrorismo y no los colectivos a los que representaron".