El Reina sofía aduce razones técnicas para no prestar el 'Guernica' al Pompidou
La respuesta formal del Patronato, pendiente de la petición oficial de la obra
FERNANDO SAMANIEGO "No se puede prestar", "es inviable", estado de la obra es delicado", "no le conviene nada viajar". Los miembros del Real Patronato del Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, consultados ayer, coincidieron en la negativa, por razones técnicas, un posible préstamo del Guernica, de Piasso, cuya decisión última corresponde la legislación al propio patronato y a la Junta de Calificación, Tasación, Importación y Exportación de obras de arte, del Ministerio de Cultura. En mayo, el patronato rechazó la solicitud del museo de Tokio y ahora está pendiente de la petición definitiva del Centro Pompidou, de París, para que el Guernica se incorpore a la exposición Frente a la Historia, en 1996.
"Yo no soy partidaria del traslado del Guernica, aunque la última palabra la tiene el patronato del museo y la Junta de Calificación". La ministra de Cultura, Carmen Alborch, repetía el martes, durante la presentación del Museo del Libro de la Biblioteca Nacional, su posición frente a la posible petición del mural de Picasso, instalado en la colección permanente del Museo Nacional Reina Sofia, por parte del Centro Pompidou, de París, para formar parte de la exposición Frente a la Historia, que se celebrará a finales de 1996.Los miembros del patronato del Reina Sofía (organismo integrado por 12 especialistas) consultados ayer por este periódico manifestaron la oposición por motivos técnicos de conservacion a que el Guernica se mueva del Reina Sofia. El museo tiene la carta del entonces presidente francés Mitterrand dirigida al rey Juan Carlos, hace un año, en la que pide su intervención para que el cuadro pueda ser visto en París, pero hasta el momento no ha recibido una petición formal por parte del Pompidou. El director del Reina Sofía, José Guirao, admitió ayer que dentro de las "relaciones cordiales" entre los dos museos ha habido referencias al Guernica en conversaciones con el director del Pompidou, Germain Viatte, pero no se ha recibido "una petición definitiva" como es habitual. En cambio, el Pompidou ha solicitado para la misma exposición de Frente a la Historia media docena de obras, entre ellas Enigma de Hitler, de Dalí, bocetos del Guernica y cuadros de Picasso y Miró, pero no figura el mural. Otras fuentes del patronato señalan que, con la polémica suscitada, ya no se cursará la solicitud. Guirao y el presidente del patronato, Valeriano Bozal, evitaron ayer, por sus cargos, pronunciarse públicamente. "Nuestra única idea es poner el Guernica en las mejores condiciones y que se vea en el Reina Sofía", dice Bozal. La obra de Picasso, actualmente en la sala 7 de la colección permanente del museo, se trasladará a finales de noviembre a otra sala situada a 25 metros, dentro de una reforma de la colección. En este caso el patronato decidirá. la forma de exhibición con grandes, posibilidades de una presentación sin cristal de protección. Para Tomás Llorens, patrono y conservador jefe del Museo Thyssen, "no se debe prestar". "No sólo por los posibles peligros que pueda suponer su traslado sino porque hay cuadros que no, se deben ceder nunca y este es un caso clarísimo para mí. Es como Las meninas para el Prado. Y además, como recordaba Javier Tusell en EL PAÍS hay un compromiso escrito con la familia que hay que respetar". Otros miembros del patronato tienen ya una opinión personal. El historiador Kosme María de Barañano dice que el Guernica "es una pieza clave de la colección y por sus condiciones físicas y representativas no se debe mover", mientras que para Fernando Perera, director del Centro Sacional de Exposiciones, "necesita el respeto que está teniendo". El académico e historiador Julián Gállego prefiere que "descanse en Madrid". Julián Trincado, presidente de la Asociación de Amigos del Reina Sofía, prefiere opinar en el patronato para conocer los informes técnicos. Todos ellos aluden a la "situación delicada" de la obra, por sus numerosos viajes por Europa y Estados Unidos a partir de 1937, su condición de mural, en el tratamiento de los materiales, y sus dimensiones (3,49 por 7,76 metros).
Antonio Bonet Correa, catedrático de Arte, que preside la Junta de Cálificación, del Ministerio de Cultura, paso obligado para la salida de las obras, recuerda que la obra se ha enrollado en numerosas ocasiones. "Creo que al Guernica no le conviene hacer ningún otro viaje".
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