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Crítica:CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El legado de Anton Webern

Gracias al Festival, de Otoño y a su Preludio del III Milenio se escucha en Madrid la obra completa de Antón Webern a lo largo de cinco conciertos. Me parece algo importante, independientemente del mayor o menor número de asistentes que se decidan a enterarse de lo que fue una de las más originales, inteligentes, sensibles e influyentes creaciones del siglo XX.En torno a los años cincuenta, la presión de Webern sobre las vanguardias musicales resultó más decisiva que la de su mismo maestro, Arnold Schóriberg. Hoy, a medio siglo de distancia de la muerte violenta de Webern, el público debería haber asimilado en más amplia medida su legado musical, cosa difícil teniendo en cuenta la escasa atención que se le presta en las actividades musicales regulares. De cualquier modo, es más que probable que el arte, refinado y conciso del gran austriaco pertenezca a la categoría de lo, "radicalmente impopular", por emplear el término orteguiano.

Orquesta Y Coro de la Comunidad de Madrid

Solistas: M. J. Sanchez (soprano) y L. Álvarez (barítono). Director: D. Cohen.Auditorio Nacional. Madrid, 10 de octubre.

Caudal de belleza

Sin embargo, Webern sintetizó en sus brevísimas y menos breves páginas un caudal de belleza. Extraordinariamente hermosos sus tempranós coros sobre Stefan Georges (1908) y siempre sorpresivas sus Cinco piezas para orquesta opus 10 (1913), máxima condensación del pensamiento y la escritura musicales, mientras los dos lieder sobre Goethe, para coro y cinco instrumentos, miran en alguna medida el mundo romántico para extraer sus propias consecuencias: las del pensamiento y la sensibilidad dé Webern que va más allá de un sistema -el serialismo- que él mismo completa y totaliza en un acto de accésit capaz de exprimir una larga sabiduría en lo verbal, lo contrapuntístico y lo tímbrico entendido como valor sustancial.

Además de los lieder sobre Kraus, poetas chinos y TrakI, y de los espléndidos movimientos para cuarteto en la versión para orquesta de arcos, tuvimos en esta primera entrega weberniana tres composiciones para voz y orquesta basadas en poemas de Hildegard Jone: las dos cantatas de 1939 y 1943, respectivamente, y Das Augenlicht (El brillo de la mirada), tres tesoros de íntima expresividad, misterio poético desvelado por la música y hondísima sugestividad.

La orquesta y coro de la Comunidad de Madrid hicieron el máximo alarde de su historia bajo la dirección del francés Daniel Cohen, buen conocedor del universó weberniano, . y con la colaboración excelente de la soprano María José Sánchez y el barítono Luis Álvarez. El éxito fue, notable y la contribución del festival a la conmemoración de Webern y a la normalización de nuestro superconservador ambiente, digna de todo aplauso.

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