Valor y provocación
PAU NADAL La corrida de Núñez del Cubillo tuvo muy pocos pases, por no decir ninguno. A pesar de ello, Rivera Ordóñez, con mucho valor y aguante, se los dio en una faena de mérito a su primero, al que sacó a los medios, desengañó, obligó y aguantó una enormidad. Todo lo hizo él y, después de una es tocada tendida, obtuvo el justo premio de una oreja. Estuvo tan bien muy lucido con el capote en el sexto y en el sobrero. A éste, que tenía muchos problemas, le sacó pases de donde parecía no haberlos, aunque la faena no pudo ser constantemente limpia. Antes de un definitivo bajonazo fue volteado aparatosamente en el segundo pinchazo y, finalmente, tuvo que pasar a la enfermería, en donde se le apreciaron contusiones y magulladuras.
Núñez/ Ponce, Jesulín, Rivera
Seis toros de Joaquín Núñez del Cuvillo, astifinos, flojos y con dificultades. El sexto, un inválido, fue devuelto a los corrales y sustituido por uno de Sánchez Arjona, con genio y que no humilló. Enrique Ponce: pitos y silencio tras aviso. Jesulín de Ubrique: silencio y división de opiniones. Rivera Ordóñez: oreja y ovación.Plaza de Zaragoza, 10 de octubre. Cuarta de feria. Lleno.
Jesulín lo intentó con su primero. Al quinto comenzó templándolo muy bien fuera de la raya; pero acabó encimista en exceso y algún alarde de los suyos provocó reacciones encontradas, alguna de las cuales parece que no gustó al recordman, que se encaró repetidamente con el tendido, pensando, quizás, que mejor era una fuerte división de opiniones que el silencio de la indiferencia. La verdad es que el muleteo había comenzado con un excelente nivel, pero ese colocarse entre los pitones y quitar la muleta de la cara de un toro prácticamente sin viaje, a algunos pudo parecer un alarde de valor, pero la cuestión es que encendió la polémica.
Al final, bronca de despedida y las espadas quedan en alto hasta hoy miércoles, en que repite actuación en esta feria.
A Enrique Ponce se le vio excesivamente gris. Desde luego, quedó demostrado que su primero no tenía un pase por el pitón derecho, por el que se le coló más de una vez con mucho peligro, provocando un pronto y rápido macheteo. El cuarto se frenaba y dobló varias veces las manos. Ponce lo mimó, haciendo un pequeño esfuerzo con la diestra. Con la izquierda era imposible, pero otras veces se ha visto al valenciano en peores circunstancias y ha sabido salir victorioso. Ayer, de figura, maestro y cabeza privilegiada, nada de nada.
En cuanto a los animales del señor Núñez, si en esta ganadería siguen saliendo tan flojos y tan poco propicios al lucimiento, ya tienen las figuras otra vacada más que borrar de su lista de preferencias.
Babelia
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