España, dispuesta a dar fondos de emergencia al FMI, pero en iguales condiciones que el G-10
El ministro de Economía, Pedro Solbes, dejó claro ayer en Madrid que España está dispuesta a participar en los fondos de emergencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero en las mismas condiciones que los socios fundadores de este sistema, el Grupo de los Diez. Solbes respondía así a la propuesta lanzada en Washington por este grupo a vanas economías industrializadas de tamaño medio y emergentes de duplicar la línea de crédito -hasta los 50.000 millones de dólares- de que dispone el FMI para hacer frente a crisis como la mexicana. El G-10, que se mostró satisfecho con el crecimiento en curso, se comprometió a seguir reduciendo los déficit públicos y la deuda para aumentar el ahorro y bajar los tipos de interés.
España, cuyo peso en la economía mundial ha crecido rápidamente en los últimos años, es uno de los países a los que el Grupo de los Diez ha propuesto participar en este sistema de financiación que funcionará de forma paralela y complementaria al actual Acuerdo General de Préstamos, al que contribuye en exclusiva el G-10 -que en realidad son 11- (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Canadá, Suecia, Suiza, Bélgica y Holanda), con Arabia Saudí como miembro asociado.Las condiciones y los derechos de los posibles nuevos donantes están aún por negociar. Algún alto cargo alemán ya ha dejado ver que Bonn se negará a compartir el poder, la autoridad y la capacidad de tomar decisiones -cúando y cómo activar este mecanismo, por ejemplo- que tienen como socios fundadores de este acuerdo. Sin embargo, el ministro Pedro Solbes declaró ayer, antes de viajar a Washington para asistir a las reuniones del FMI y el Banco Mundial, que "no tiene mucho sentido" introducir diferencias institucionales en el tratamiento de los fondos de emergencia.
Con un Congreso estadounidense deseoso de cortar la ayuda al exterior y la mayoría de los socios del G-10 inmersos en severos ajustes fiscales ' este grupo de países no ha tenido más remedio que recurrir a las economías industrializadas de tamaño medio y a las emergentes de Asia para cumplir con el compromiso adquirido en Madrid hace un año para reforzar los recursos del Fondo.
Con esta iniciativa, el G-10 pretende reforzar la liquidez del FMI, reducida en un 25% a causa de los préstamos concedidos a México, Argentina, Rusia y Ucrania el año pasado. Según un comunicado hecho público ayer, los miembros del Grupo de los Diez contribuirán a este fondo pero esperan que la mayoría del dinero provenga de estos otros países "con capacidad para apoyar el sistema monetario internacional". Entre los participantes posibles en este nuevo acuerdo están España,' Austria, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Irlanda, Portugal, Singapur, Corea del Sur, Malaysia, 'Tailandia y Chile. Las condiciones para participar son un alto volumen de reservas, una balanza por cuenta corriente saneada y una buena política económica.
El G- 10 comienza ahora las negociaciones con cada posible participante para decidir las cantidades que aportará y los derechos que adquiere con esta donación. Los países más ricos esperan haber acabado las negociaciones antes del mes de abril para tener cerrado el acuerdo en vísperas de la reunión de primavera del FMI.
En su comunicado, los países más ricos se muestran satisfechos con la evolución de la economía mundial y concluyen que la mejor manera de mantener estable esta expansión es seguir reduciendo los déficit públicos y la deuda para "aumentar la tasa de ahorro y poder reducir los tipos de interés".
Preocupados por el impacto que puede tener un drástico recorte de la ayuda exterior por parte de EE UU, los países en desarrollo de Asia, África y Latinoamérica, que forman el G-24, pidieron a la Administración Clinton anteayer en Washington que no reduzca esta partida ante el temor que le sigan otros países ricos.
