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Reportaje:ESPACIO

La ESA se queda con el telescopio ultravioleta 'IUE'.

La NASA ha dejado el observatorio ultravioleta IUE a la Agencia Europea del Espacio (ESA), su socio durante 18 años en la explotación de este satélite, que ha sido, y sigue siendo, uno de los más eficaces de la historia de la astronomía espacial. Hasta ahora, el IUE se dirigía durante 16 horas al día desde el centro de la NASA en Godard y durante ocho horas desde la estación de seguimiento de satélites en Villafranca del Castillo (Madrid). El pasado día 1 los europeos se han hecho cargo del observatorio espacial, que operarán durante 16 horas diarias. Los ya endémicos recortes presupuestarios de la agencia estadounidense han motivado su abandono.El IUE fue lanzado al espacio en 1978 y está situado en órbita geosíncrona (de 25.000 a 40.000 kilómetros de altura) Desde allí ha observado en ultravioleta miles de objetos celestes, ha participado en campañas internacionales, como el seguimiento de los impactos del cometa Shoemaker Levy 9 contra Júpiter el año pasado, y ha obtenido. información clave para facilitar la exploración del cielo con el telescopio espacial Hubble. El banco de datos generados con el IUE guarda ya, 100.000 espectros de objetos celestes. Está previsto realizar con él 120 programas más de investigación.

"El programa científico del IUE se mantendrá completamente internacional y dedicado a obtener el mejor aprovechamiento científico", explica Willem Wanisteker, astrónomo de la ESA y director científico del IUE. "Con él hacemos observaciones que no son factibles con ningún otro telescopio y el problema es que no hay planificado ningún proyecto en ultravioleta equiparable para después del IUE", continúa.

Diseñado para funcionar cuatro años, el IUE puede llegar a cumplir 20 en operación porque la ESA está considerando su extensión hasta finales de 1997. Para reducir drásticamente los costes y optimizar su explotación, los expertos han diseñado un nuevo sistema de control y comunicaciones que permite utilizar para el IUE diferentes antenas de la ESA y de la NASA desde Villafranca.

El satélite pesa 650 kilos y debe en gran parte el éxito a su sencillez y a su tecnología sólida y fiable.

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