Los intereses de la deuda se disparan a 3,5 billones

La carga de intereses de la deuda que tiene el Estado asciende en 1996 a 3,475 billones de pesetas, 555.228 millones más que en 1995. Este servicio de intereses de la deuda responde a un volumen efectivo de endeudamiento previsto de 40,374 billones (el 54,1% del PIB), que, en términos nominales, asciende a 41,187 billones (el 55,2% del PIB). Lo que el Estado paga por los intereses de su deuda se sitúa en el 4,65% del PIB, cuando en la década de los ochenta apenas alcanzaba el 2% del PIB.El pago de los intereses de la deuda es el factor decisivo que explica la configuración final del Presupuesto para 1996. La obligación ineludible de hacer frente al pago de estos intereses y el hecho de que su crecimiento presupuestado (555.000 millones más sobre los 2,9 billones del año anterior) devore prácticamente el aumento permitido de gastos en el Estado (que sólo podían subir el 3,5%) han obligado a un meticuloso recorte de los gastos corrientes y de inversión para hacer frente a los pagos.

La presión enorme de los intereses de la deuda sobre los gastos presupuestarios en 1996 hubiera sido superior de no ser porque una flexión a la baja de los tipos de interés a mediados de año alivió ligeramente las previsiones catastróficas iniciales. Las proyecciones más pesimistas iniciales indicaban que en 1996 el servicio de la deuda crecería en tomo a los 700.000 millones, que habría llevado la carga del endeudamiento al 5% del PIB.

Subida histórica

En el ejercicio de 1996 se acumula un peso excepcional de lo s intereses de la deuda -los 555.000 millones son la subida más alta del servicio de deuda en la década- debido a dos razones importantes. La primera es el cambio de financiación del Estado producido a partir de 1992, que acortó el plazo de las emisiones del Estado y suprimió la apelación a la autoridad monetaria. Tal decisión implica concentrar el vencimiento de las emisiones a corto plazo.

El segundo factor es el crecimiento brutal del déficit público y de endeudamiento en 1992 y 1993, que elevó en 11,6 puntos de PIB la deuda del Estado por causa principalmente de las administraciones periféricas y comunidades autónomas, que sitúan la deuda en el 66,1% del PIB.