Gentes del campo

Este verano he tenido la ocasión de visitar a gentes del campo. Las auténticas y genuinas personas que curran de sol a sol, sin fiestas ni grandes diversiones, sin vacaciones y sobreviviendo al día, dejándose la piel en el campo bandeando los descalabros que nos ha aportado nuestra Comunidad Europea y las inclemencias de una climatología cada vez más loca y caótica. Y esa gente es la que nos alimenta el cuerpo... y el alma. Cuando se les ve de cerca creo que merecen el mayor respeto, mayor apoyo estatal y mejor vida, porque se nos van, los que van quedando... casi todos ancianos entregados a otra época y penurias que no se merecen de ninguna manera. Démosles nuestro apoyo y reconocimiento.-