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Gesto por la Paz inicia una ofensiva para defender Euskadi con las armas de la palabra y la tolerancia

Pedro Gorospe

La coordinadora Gesto por la Paz se comprometió ayer, frente a la escultura de Eduardo Chillida Gure aitaren etxea (La casa de nuestro padre), en Gernika, a defender Euskadi, "nuestra casa" con las armas de la razón, la palabra y la tolerancia frente a los violentos. Los pacifistas, entre los que se encontraba el también escultor Agustín Ibarrola, lanzaron cientos de globos azules sobre la Casa de Juntas de Gernika y advirtieron: "No permitiremos que cieguen sus ventanas ni atranquen sus puertas". Mientras tanto, en San Seblastián, los trabajadores de Alditrans volvieron a pedir la libertad de su patrón, José María Aldaya, después de 138 días secuestrado por ETA.

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Gesto por la Paz lanzó ayer su ofensiva por la defensa de Euskadi con un comunicado en el que relaciona la escultura de Chillida, como "un símbolo de libertad"; los versos "defenderé la casa de mi padre", en euskera, de Gabriel Aresti, y el significado de la Casa de Juntas de Gernika, como lugar de diálogo de los vascos. Esos tres elementos sirvieron a los pacifistas para articular un "compromiso en la defensa de esta nuestra casa que es Euskadi" y que sin Aldaya "no está completa".En un corto comunicado, leído unos minutos antes de lanzar cientos de globos azules sobre el cielo de la ciudad bombardeada y destruida por la aviación alemana durante la guerra civil, la coordinadora firmó un compromiso: "Para seguir defendiendo nuestra casa, pero exclusivamente con las armas de la razón, la palabra y la tolerancia. No permitiremos que cieguen sus ventanas ni atranquen sus Puertas".

Algunos globos se quedaron enganchados en las ramas de un árbol situado a medio camino entre los pacifistas y una veintena de miembros de las Gestoras pro Amnistía, que se habían concentrado a 100 metros con un cartel con el mensaje libertad para Euskadi".

Mientras tanto, en San Sebastián y como todos los sábados desde hace 138 días, los que Aldaya lleva secuestrado, los trabajadores de Alditrans se reunieron frente al Ayuntamiento con los tres hijos del industrial. El portavoz, Enrique Cercadillo, se refirió a la polémica respecto al cambio de escenarios de las concentraciones para evitar enfrentamientos con los manifestantes de Gestoras pro Amnistía, el sindicato LAB y Herri Batasuna (HB). El nuevo lugar de encuentro los lunes y los jueves es la iglesia del Buen Pastor. "Un acierto porque se palpaba en el ambiente el miedo ala integridad física de las personas de bien que nos acompañan", declaró.

HB decidirá mañana cuál va a ser su actitud respecto al cambio de escenario de los trabajadores. Además, la consejería de Interior del Gobierno vasco, después de una polémica en la que la policía autonómica ha sido acusada de pasividad en los enfrentamientos, ha ordenado a cada una de las partes que elija diferentes espacios urbanos para sus manifestaciones.

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El grupo de Alditrans cree que, además de la distensión, se ha recuperado "el espíritu inicial de las convocatorias". Ayer volvieron a extender la pancarta "Todos somos Josemari".

En otro nivel del debate por la pacificación del País Vasco, varios grupos pacifistas y organizaciones sociales se reunieron ayer en Zizurkil (Guipúzcoa). Con la ausencia de Gesto por la Paz, Denon Artean y la Fundación, los denominados grupos de Maroño -en referencia a su primer encuentro-, estudiaron una estrategia para trasladar el diálogo a la sociedad vasca. En ese foro, además de Elkarri y Bakea Orain, están Gestoras pro Amnistía, Senideak y Grupo por la Paz de Orereta, entre otras.

El portavoz de Elkarri, Juanjo Perez, se mostró partidario de incorporar a los grupos que desconfían del foro: "Hay que conseguirlo. Aunque han sido muy críticos, hay que intentar que vengan y se comprometan con el trabajo común".

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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