Al menos 24 muertos en una nueva matanza de campesinos en Colombia
La temible máquina de la muerte por los paramilitares y la guerrilla se volvió a accionar en la región de Urabá, en el noroeste de Colombia. Al amanecer del miércoles se produjo otra matanza de campesinos. Esta vez las víctimas fueron 19 hombres y cinco mujeres, trabajadores de una finca bananera ubicada en esa zona violenta, que se halla si tuada en la jurisdicción del municipio de Apartadó. Iban en un autobús de sus casas a las plantaciones, cuando un simulacro de retén militar les detuvo. Fueron obligados a descender, maniatados y alejados de la carretera. Allí, tendidos boca abajo, los ametrallaron por la espalda. Quedaron cinco heridos, entre ellos un niño.El Sindicato de Trabajadores Agrícolas, que agrupa a los agricultores de la zona bananera, atribuyó el crimen al V Frente de las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en un episodio más de su confrontación con los militantes de Esperanza, Paz y Libertad (EPL), ex guerrilleros del maoísta Ejército Popular de Liberación que depuso las armas y se legalizó en 1991. Las víctimas eran reinsertados del EPL.
En lo que va de año se han registrado unas 700 muertes violentas en Urabá, una región de 24.000 kilómetros cuadrados en territorio de los departamentos de Antioquia y Córdoba, sobre el litoral Caribe , donde se produce el 90% del banano para la exportación. Fue en agosto cuando el clima de tensión aumentó y la guerra entre bandas rivales desató seis matanzas.
Según explicó al informativo AMPM el jefe paramilitar Carlos Castaño, hermano del legendario Rambo, Fidel Castaño, la nueva crisis empezó "por un error": el 18 de agosto, en Chigorodó, integrantes de los comandos Alternativa Popular, formados por prófugos de las FARC, agentes paramilitares y campesinos locales, temiendo ser ajusticiados por los jefes guerrilleros asaltaron una discoteca donde se congregaban simpatizantés de las FARC. El resultado fue de 18 campesinos muertos.
Las FARC respondieron con un ataque cerca de la población de Apartadó, donde murieron nueve trabajadores, y otra acción violenta, en Turbo, que dejó un saldo de cuatro víctimas. También a las FARC se atribuye la matanza de Carepa, el 29 de agosto, cuando 19 trabajadores de una plantación bananera fueron acribillados en circunstancias similares a las que rodearon la muerte de ayer en la finca bananera de Urabá.
Los nuevos hechos sangrientos de Urabá dieron pie a que el Gobierno decretara ayer medidas especiales para la región bananera. En Bogotá, en la Casa de Nariño, sede de la presidencia de la República, rodeado de sus ministros y altos mandos militares, el presidente Ernesto Samper anunció que se elevará a la categoría de delito la omisión de denuncia, para romper la cadena de silencio que encubre las matanzas. Se restringio el tráfico nocturno por todas las vías secundarias de la región, a excepción de la Carretera al Mar que será militarizada. Los policías y soldados podrán ordenar, verbalmente, allanamientos domiciliarios y detención de sospechosos, para luego complementar la orden por escrito.
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