Pujol advierte al Gobierno que la decisión de rechazar los Presupuestos es irreversible
El Gobierno no debería hacerse ilusiones. Ni aparentar que se las hace. La ruptura de Convergència i Unió (CiU) con el PSOE y el rechazo de los Presupuestos de 1996 son irreversibles, por mucho que el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba diga que aún confía en una reconsideración de los nacionalistas catalanes. Así lo expresaron ayer Jordi Pujol y Josep Antoni Duran al término de las reuniones de los consejos nacionales de sus partidos, que ratificaron por separado el fin de la colaboración con el PSOE. CiU practicará la oposición, pero sin "hacer más daño del estrictamente necesario", precisó Pujol.
Pujol y Duran reiteraron que CiU no votará una moción de censura contra el Gobierno y descalificaron la iniciativa de algunos grupos de la oposición de presentar a votación una proposición no de ley instando a González a convocar elecciones. Ambos negaron que CiU participe de esa iniciativa y Pujol incluso la ridiculizó. Recordó que una moción así, por muchos votos que obtuviera, no obligaría a nada. "Es como si el Parlamento catalán, incluidos los diputados de CiU, votaran que debo fijar fecha de las elecciones [autonómicas]; es competencia del presidente, no de las Cámaras". El PSC y ERC han presentado una propuesta en ese sentido.Los consejos nacionales de CDC y UDC apoyaron plenamente la decisión del comité de enlace de CiU de dar por definitivamente acabada la etapa de colaboración con el Gobierno y de reclamar elecciones legislativas inmediatas. Si alguna voz discrepante se produjo fue para lamentar que esa decisión no se hubiera tomado antes.
Pujol y Duran insistieron en la necesidad de que las nuevas relaciones con el PSOE sean civilizadas y que ambos partidos administren con serenidad la etapa iniciada ahora, evitando polémicas y descalificaciones inútiles. "No queremos hacer más daño del estrictamente necesario", dijo el presidente de la Generalitat y de Convergència. "Si el PSOE y nosotros no administramos lo mejor posible esta nueva etapa, el principal beneficiario será el PP", había señalado horas antes Duran Lleida, presidente del comité de gobierno de Unió.
Oposición responsable
Preguntado por las declaraciones de Pérez Rubalcaba del día anterior, Duran contestó: "La realidad es que CiU es oposición y la mayoría de las veces votará contra el Gobierno. Será una oposición responsable, institucional, porque oposición no significa beligerancia; pero será oposición. Es una realidad inamovible, que no tiene retorno". El presidente de la Generalitat contestó a Rubalcaba que "se lo ha. de creer [que CiU votará contra los Presupuestos]".Pujol señaló que no va a escuchar a quienes, como el PP e IU, o algunos medios de comunicación, le piden "pruebas" de que su ruptura con González es sincera. "Votaremos contra los Presupuestos. Y ésta es la votación política más importante que cada año se lleva a cabo en el Parlamento. Nuestra presión política es ésta, no la que nos piden otros. Si el Gobierno está en minoría se verá el 25 o 26 de octubre", agregó.
Los dirigentes nacionalistas quieren restar dramatismo a la crisis abierta con su decisión. Para Pujol, "una de las pruebas" que debe pasar España es saber que puede encontrarse en un momento de crisis política y "que puede resolverla con cierta normalidad", como ocurre con otros Gobiernos europeos, que caen, pasan dificultades y ven cómo sus presupuestos no se aprueban. También manifestó su convencimiento de que la crisis no pondrá en peligro la recuperación económica. Al contrario, dijo, para no ponerla en peligro hay que poner fin a esta situación de debilidad gubernamental.
Pujol y Duran insistieron en las razones de la ruptura con el Gobierno: por su falta de credibilidad y de capacidad para seguir gobernando, por la crisis interna del PSOE, y por la necesidad de que un nuevo Ejecutivo, "sea popular o socialista", afronte el futuro con nuevas energías y contando con la confianza de la ciudadanía. El líder de Unió manifestó su convencimiento de que González no va a hacer caso de los requerimientos de CiU para que adelante a este otoño las elecciones legislativas. Pujol rehusó pronunciarse ante la misma cuestión, aunque dijo que "él sabe lo que va a pasar".
Antes de la entrevista entre González y Pujol del sábado anterior, los dirigentes de CiU ya manifestaban su escepticismo sobre que el presidente del Gobierno accediera a la petición de adelantar las elecciones mientras el caso GAL no remitiera y él no encontrara sustituto como cabeza de cartel del PSOE. Pujol y Duran se reunirán, posiblemente el día 25, para tomar una decisión sobre las elecciones catalanas. Ese día termina el plazo para que Pujol firme el decreto de convocatoria si su decisión es que los comicios autonómicos se celebren este otoño, y concretamente el domingo 19 de noviembre, que sigue siendo la opción más probable.
En el consejo nacional de CDC se levantaron voces favorables a que las elecciones catalanas se celebren en abril, pero Pujol declaró que estas intervenciones, como las consultas entre las organizaciones territoriales, eran "una base de datos", pero que él cuenta con datos "más objetivos" para decidir.
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