La inflación anual vuelve al 4,3% y los precios de los servicios consiguen un mínimo histórico
A pesar de que la economía mantiene un buen ritmo de crecimiento, la inflación ha conseguido el pasado mes de agosto reafirmar la tendencia a la baja iniciada un mes antes. Según publicó ayer el Instituto Nacional de los Estadística (INE), el IPC últimos doce meses ha bajado al 4,3%, cuatro décimas menos que en julio.Este dato supone desandar la escalada inflacionista de la primera mitad del año y colocar la tasa anual al mismo nivel -históricamente bajo- que había en diciembre de 1994. La moderación salarial el escaso empuje del consumo privado, la fortaleza de la peseta y la política monetaria restrictiva han prevalecido así sobre las subidas de impuestos, la sequía y el encarecimiento de las materias primas.
La tasa, anual de inflación se ha reducido gracias a que en el mes de agosto respecto de julio los precios han subido tres décimas, la mitad que en el mismo mes del año anterior. La inflación acumulada de los ocho primeros meses del año alcanza de esta forma el 3,1%, cuando el objetivo del Gobierno es el 3,5% para todo el año, lo que ya hace, tiempos da por imposible.
Fuentes del Ministerio de Economía esperan mantener la tasa anual en el 4,3% porque en los últimos meses del pasado año se moderó la inflación. Por el contrario, el repunte de los precios en la primera mitad de 1995, permitirá estar entre el 3,5% y el 4% en el primer trimestre de 1996, según dichas fuentes.
Descenso general
Todos los compontes del IPC han contribuido a esta moderación de los precios, aunque en, distinta medida. Los precios de los productos alimenticios, aunque aumentaron un 0,8% en agosto sobre julio -muy por encima de las tres décimas del IPC general y bastante más que el resto de componentes- han reducido su tasa anual en dos décimas hasta situarse en el 4,5%.
La explicación es que, pese a la pertinaz sequía, productos como la carne de vacuno, las frutas y hortalizas frescas, y las patatas han descendido o han aumentado menos que el año anterior. Por el, contrario, la carne de pollo ha experimentado un crecimiento mensual del 11,8% y el cordero un 4,2%, como suele ocurrir en los meses de agosto. El aceite es el producto que más claramente refleja el problema de la sequía, al subir un 0,6% en agosto y un 23,9% en el último año.
El comportamiento vacilante de los productos alimenticios contrasta con la clara tendencia a la baja de los precios en el sector servicios. Su tasa anual bajó, nueve décimas y se ha situado en un mínimo histórico del 4,6%. Buena parte de este descenso se explica porque en agosto del pasado año subieron las tarifas telefónicas (un 30% las tarifas urbanas), lo que representó dos décimas del IPC de ese mes (0,6%). Los precios del turismo y la hostelería, en contra de lo que cabía esperar para el mes de agosto, han aumentado un moderado 0,2% respecto de julio, con una tasa anual del 4,7%.El mantenimiento este año de las tarifas telefónicas ha ayudado también a que la inflación subyacente -el IPC general descontados los precios de los productos energéticos y de los alimentos frescos- se haya rebajado en tres décimas, hasta el 4,8%.
Los precios industriales, por su parte, pueden haber tocado techo en el mes de agosto, tras la escalada de la primera mitad del año. Así, por primera vez en lo que va de ejercicio, su tasa interanual se ha reducido- dos décimas- hasta colocarse en el 4,2%, como consecuencia del descenso de los precios energéticos el pasado mes de agosto.
Por comunidades autónomas, la inflación bajó en agosto sólamente en Baleares (-0,1%); aumentó menos que el índice general en Madrid (0,2%), Cataluña (0,2%) y Navarra (0,1%); y subió por encima en el resto. La autonomía más inflacionista fue Cantabria (0,6%).
