La Revolución
En pocos días, los pescadores del mundo se unieron contra la destrucción de su fuente de riqueza y el resquebrajamiento de la tierra. Viajaron rumbo al atolón para proteger el patrimonio de todos de los destructores de una potencia lejana. Despojaron de sus armas a los guerreros que allí encontraron y las enterraron en el Gran Pozo. Y, conjurado el peligro, los pescadores del mundo rico se comprometieron a no esquilmar los caladeros de los pesca dores del mundo pobre, y entre todos llegaron a un entendimiento para la explotación solidaria de los mares.-
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