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GENTE

JESSE JAMES CABALGA DE NUEVO

La muerte de Jesse Woodson James, el mítico forajido del Oeste americano, dejó varias preguntas sin resolver. Más de un siglo después de su desaparición, un juzgado de Misuri ha dado permiso a James Starrs, un científico de la Universidad George Washington, para que desentierre el cadáver del bandolero para desentrañar el misterio que rodea su muerte y determinar la identidad de sus posibles descendientes. Según se cuenta, James fue asesinado el 3 de abril de 1882, a la edad de 34 años, en Saint Joseph (Misuri), donde vivía haciéndose pasar por comprador de ganado con el nombre de Tom Howard. Un miembro de su banda, Bob Ford, le pegó un tiro en la cabeza para cobrar los 10.000 dólares que, se ofrecía por su captura, "vivo o muerto". Esta versión no convence a todo el mundo y hay quien afirma que Jesse no murió ese día e insiste en averiguar si el cuerpo bajo tierra es realmente el suyo. Y es que parece que a Jesse le han salido un montón de parientes, que quieren unir su nombre al de la banda de los James y los Yonger, que cabalgaron desde Iowa hasta Alabama y Tejas, robando bancos y asaltando trenes. Ahora, los científicos realizarán un test de ADN a los parientes conocidos para averiguar si los restos son auténticos. Robert Jackson, de Oklahoma City, un tataranieto de la hermana de James, es uno de los tres parientes que prestan su sangre para la prueba del ADN. "Es emocionante", dijo; "mucha gente dice que son parientes de Jesse, pero yo siempre me pregunto por qué siempre he tenido el impulso de atracar bancos y al final he acabado siendo abogado".-

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