Indignación en Londres por la decisión de Dublín de aplazar la cumbre
El Gobierno británico no ocultaba ayer su irritación por la decisión de última hora adoptada por Dublín de aplazar indefinidamente la esperanzadora cumbre anglo-irlandesa en torno al futuro del Ulster prevista para ayer. Funcionarios de ambos Gobiernos trabajaban intensamente para limar las notables diferencias de enfoque que subsisten entre Londres y Dublín en relación con el proceso paz.
Aun así, las previsiones más optimistas no consideran posible la celebración del encuentro hasta finales de mes, tras la Visita oficial a Canadá que ayer inició el primer ministro irlandés, John Bruton.Más o menos veladamente, Londres acusa a Dublín de haber cedido a las presiones del Sinn Fein, brazo político del IRA, no del todo satisfecho con la creación de una comisión internacional para supervisar el decomiso de las armas de los paramilitares. Sin embargo, la totalidad de las fuerzas nacionalistas irlandesas, desde el ex primer ministro Albert Reynolds hasta el líder del Partido Socialdemócrata y Laborista, John Hume, coincidieron ayer en minimizar la importancia del asunto de las armas y urgir a todas las partes para que comiencen las conversaciones de paz.
Para Reynolds, que asumió en cierta forma la interpretación del IRA de que desarme equivale a rendición, el problema reside en ''el excesivo énfasis que se ha puesto en los aspectos militares" del proceso de paz. Mientras, Hume considera que la dicotomía decomiso de las armas-diálogo debe quedar desintegrada con un esfuerzo de buena voluntad. "Lo importante es quitar el Semtex de la cabeza y no de las manos" del IRA, declaró a este respecto Alex Attwood, otro portavoz del partido católico.
Las armas del IRA
Lo cierto es que el aplazamiento de la cumbre de Chequers revela hasta qué punto el tema del decomiso de las armas del IRA es un asunto capital en el desarrollo del proceso. Y, según muchos analistas, un asunto que evidencia además el diferente enfoque que irlandeses y británicos tienen del problema del Ulster.En todo caso, los británicos justifican su cautela y su determinación al exigir al IRA un nuevo gesto de compromiso con la paz -el inicio del desarme- en la imposibilidad de lograr que los partidos unionistas accedan a compartir una mesa de conversaciones con el Sinn Fein mientras los provisionales sigan conservando su arsenal y su estructura intacta. El ministro para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, insistía ayer en que en esa hipotética mesa "habría muchas sillas vacías", en clara alusión a los partidos pro británicos que representan a la mayoría de la población del Ulster.
El panorama resultó ayer todavía más desolador cuando el más firme candidato a dirigir el protestante Partido Unionista del Ulster, John Taylor, reconoció ante las cámaras de la BBC que ni siquiera un gesto del IRA de entregar algunas armas bastaría para llevar a los unionistas a compartir una mesa de diálogo con el Sinn Fein. "No son representativos", insistió Taylor, "y el alto el fuego del IRA tampoco es permanente".
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