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Brindis en Sarajevo

El nuevo bombardeo de la OTAN fue recibido en la parte de Sarajevo bajo control bosnio con una mezcla de satisfacción y rutina. Mientras la mayor parte de la gente caminaba. pasado el mediodía sin hacer demasiado caso a las alarmas, algunos brindaban con aguardiente de ciruela a las puertas de sus casas o en cafés, adonde habían salido para ver las columnas de humo que se elevaban desde el cercano distrito de Lukavica, sede del cuartel general serbio de Sarajevo."Por la paz, pero después de algunas bombas más", levanta su vaso Hamid, un hombre de 51 años que contempla el espectáculo desde la tapia de su garaje. Nenad, un serbio anciano vecino, no comparte esta alegría: "América es un gran país y es una verguenza que ataque a gente [los serbios] que lucha para sobrevivir". Para la mayoría de los residentes de Dobrinja, un suburbio musulmán cercano al aeropuerto de la capital bosnia, el nuevo bombardeo es una fiesta, Los chicos se suben a barricadas hechas con automóviles destruidos para tener mejor perspect4v a de los acontecimientos.Dice Zina, una mujer joven expulsada por los serbios de su casa en Rogatica, a unos 75 kilómetros de Sarajevo: "Sé que nunca podré volver a ver mi casa, pero estas bombas me di cen que lo peor para Bosnia ha pasado y que vienen tiempos mejores".

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