Gas metano + aire, una mezcla amenazante

La presencia de gas metano es una de las peculiaridades, junto a la estrechez de las capas de carbón y su acusada inclinación, de los yacimientos hulleros asturianos, y que hace de estas explotaciones unas de las más difíciles,. peligrosas y costosas de la minería europea. Sin embargo, los avanzados métodos de detección y los sistemas de prevención (Hunosa invierte al año en seguridad 4.000 millones de pesetas y destina a estos fines 700 personas) habían hecho desaparecer prácticamente desde hace décadas el temor a las explosiones de grisú, que antaño constituían la más grave y recurrente forma de morir en las minas de Asturias.El grisú es la resultante de la mezcla de aire y de emanaciones de gas metano que se desprenden del carbón. Para que sea explosiva precisa que la concentración de metano alcance proporciones entre el 5% y el 14%, y requiere además la presencia de una fuente de calor. Por qué se produjo esa concentración sin que lo detectasen los sistemas de medición y cuál fue el desencadenante de la explosión es lo que ahora deberán determinar los técnicos. Cada Pozo está dotado de sistemas fijos de medición, pero algunos mineros portan medidores móviles. Unos y otros emiten advertencias luminosas o acústicas. Antaño se utilizaban pájaros. Cuando el ave caía muerta en la jaula, los mineros salían corriendo. Las minas actuales cuentan además con sistemas de ventilación.

La explosión de grisú es dantesca. Produce quemaduras como consecuencia de las llamaradas que despide, y genera óxido de carbono altamente tóxico capaz de causar la asfixia inmediata. Además, la explosión produce efectos traumáticos en intensidad proporcional a la cercanía en la que estén los afectados.