Una socióloga antifeminista de Harvard encabeza la delegación vaticana en Pekín
La Santa Sede envía a la cumbre de la ONU catorce mujeres y ocho hombres
Una socióloga norteamericana, militante contra el aborto y tildada de antifeminista, será la que guíe la delegación que la Santa Sede manda a la IV Conferencia sobre laMujer de Pekín. Mary Ann Glendon, 56 años, profesora de Derecho comparado en Harvard, miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales por voluntad del Papa, casada con un judío y madre de treshijos, irá al frente de 22 personas, 14 mujeres y 8 hombres. Es la primera vez que una mujer preside una delegación de la Santa Sede y la primera también que la presencia femenina en ella es mavoritaria.
Glendon, que se definía recientemente como "económicamente de izquierdas, socialmente de derechas", es autora de un libro Aborto y divorcio en la legislación occidental, en el que se declara contra el aborto y acusa a Estados Unidos de tener una de las legislaciones más salvajes sobre control de la natalidad. En la capital china deberá defender, entre otras cosas, además del no a la interrupción voluntaria del embarazo, la primacía de la maternidad y la familia y la importancia de la religión para la mujer.La jefa de la delegación del Papa deberá también intentar evitar -una de sus principales tareas- que se imponga el modelo occidental de promoción de la mujer. El Vaticano defiende esta postura en nombre del pluralismo cultural, pero sobre todo por las connotaciones que en los países desarrollados tiene el hincapié en la sexualidad en detrimento de la maternidad, vocablo éste último que, para preocupación de la Santa Sede, aparece menos de 10 veces en el borrador a estudiar.
"Para definir nuestra posición", afirmó el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, se ha escuchado a "millones de mujeres de los cinco continentes", así como a "millones de mujeres no católicas".
El representante papal consideró "alarmante" que el borrador de Pekín vaya con el 50% del texto entre paréntesis, lo que significa que no ha alcanzado el consenso de las delegaciones, y expresó el miedo vaticano a que se den pasos atrás en la defensa de los derechos humanos, visto que, a su juicio, el texto de trabajo reabre cuestiones ya sancionadas anteriormente por documentos y conferencias internacionales. En este apartado citó el derecho a la vida -considerando que el aborto va contra él- o la garantía de libertad de conciencia para las mujeres (el Vaticano señala que el texto no se ocupa de la religión y que la única referencia a ella se hace entre paréntesis).
En el apartado de mujer y salud, Navarro Valls habló del desequilibrio ideológico que supone que el documento privilegie la enfermedades de transmisión sexual o ligadas a la reproducción cuando, según la OMS -citó-, en el mundo son cuatro millones las mujeres a las que anualmente llega el virus del sida y 150 millones las contagiadas por la malaria. Además, señaló, en el capítulo sobre la salud no se desaconseja la promiscuidad.
Joaquín Navarro Valls negó que la delegación del Papa cuente con un alto número de norteamericanos (hay ocho en total) y esté encabezada por una mujer de esta nacionalidad para intentar paliar la oposición frontal a las posturas vaticanas que Estados Unidos llevó a la conferencia de El Cairo sobre población del año pasado.
[Ayer, la Casa Blanca anunció que Hillary Clinton asistirá a la cumbre de Pekín, donde presidirá la delegación estadounidense. El anuncio sigue a la liberación, el jueves, del defensor de los derechos humanos en China, Harry Wu, acusado por Pekín de espionaje. El encarcelamiento de Wu era el principal argumento en Washington de quienes exigían que Hillary Clinton no viajase a Pekín como protesta por la situación de los derechos humanos.]
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