Al presidente se le paró el reloj

"Te lo juro, Perujo, como hay Dios te lo digo: se me paró el reloj".A Matías González, 46 años, ingeniero técnico industrial, novillero con el Niño de la Capea en su primera juventud, natural como la católica reina Isabel de Madrigal de las Altas Torres, se le paró el cronómetro. Gracias a ello, Joselito, que le pudo cortar orejas a un buendía llamado Gallito, se libró de mayores males que el único aviso que recibió en la tercera de las corridas generales.

A propuesta del Club Cocherito, este abulense afincado en Bilbao, con cara y fama de bellísima persona, es el nuevo presidente de la plaza de Vista Alegre. "Hombre, ser buena persona no está reñido con tener sentido de la justicia y la responsabilidad del puesto, sobre todo los que procedemos del mundo de la industria y tenemos callo de enfrentarnos a problemas".

Problemas, lo que se dice problemas, no ha tenido todavía el nuevo presidente, aunque destaca "la primera oreja no es mía. De las tres que he dado no hubiera rubricado la de Bohorquez, pero el público la pidió".

La crítica pide un presidente con mano dura y el desconcierto de la plaza también. "Ya, ya. Pero los cambios no se pueden hacer de la noche a la mañana. Las cosas requieren su tiempo. Yo les hablo a los picadores en el apartado y a los matadores en la capilla. Pero a veces tengo la sensación que me oyen como quien oye llover".

¿Y eso le pone nervioso? "Nervioso no estoy, preocupado sí. Eso es lo que me llueve por dentro cuando me siento en él palco. Para un aficionado como yo ser presidente de Vista Alegre es lo más, pero conlleva mucha responsabilidad.

¿El poder del presidente, aunque absoluto, sufre presiones? "Mira, José Manuel, las presiones son interiores. De fuera, la más mínima indicación. Y el poder absoluto es relativo. En Bilbao no cabe desautorizar a los veterinarios".

Da una inequívoca impresión palmaria de bondad absoluta este nuevo presidente con el mentón partido como Kirk Douglas. ¿Será capaz de ser él mismo? "De parecerme a alguien, me gustaría parecerme a Carvajo; fue el mejor presidente que ha tenido Bilbao. Después, José Amedo, aunque era excesivamente prepotente".

Por último ¿cuál es el sueño dorado de este vaquero industrial con mando en plaza? "Pues ser capaz de que la plaza de Bilbao le arregle la carrera a un torero. Eso querría decir que Vista Alegre tiene peso".

Nada más y nada menos, presidente.