La policía afirma que era "imposible" que los etarras asesinasen al Rey porque estaban vigilados

"Los tres etarras que planeaban asesinar al Rey estuvieron controlados día y noche, minuto a minuto, desde que llegaron a Mallorca", según un alto mando policial. Éste ase guró que durante la operación "no se corrió nunca el menor riesgo" y que era "totalmente imposible" que los activistas asesinaran a don Juan Carlos, pero no quiso revelar a qué se debía tal imposibilidad. Los encargados de la investigación contaron con los medios técnicos más avanzados para seguir a los sospechosos, que jamás encendían las luces del piso que ocupaban en Palma para aparentar que estaba vacío.

Juan José Rego Vidal, su hijo Iñaki y Jorge García Sertucha, Coquito, los tres presuntos etarras que intentaban matar al Rey en Mallorca, pasaron ayer a disposición del juez BaltasaY Garzón tras permanecer en el complejo policial de Canillas (Madrid). También pasó con ellos Jon Aldasoro Torrecilla, detenido en San Sebastián. De los tres primeros, sólo Juan José Rego se avino a declarar ante Garzón. Comenzó a hacerlo a medianoche y, según fuentes judiciales, se preveía que lo hiciese durante varias horas, informa Naiara Galarraga.

Los supuestos etarras manifestaron con anterioridad a su comparecencia ante el magistrado que quien les ordenó asesinar a don Juan Carlos fue Juan Luis Aguirre Lete, responsable de los comandos ilegales (fichados), junto con José Javier Arizcuren Ruiz, Navarro, que están a las órdenes de Ignacio de Gracia Arregui, Iñaki de Rentería, jefe del aparato militar.

Según fuentes de la investigación, Rego, su hijo y García Sertucha no tenían un plan concreto sobre el regicidio. Se hallaban aún vigilando al Rey para determinar cómo hacerlo.

La policía tuvo a los etarras controlados en todo momento y, así, pudo comprobar que Iñaki Rego iba en una moto Yamaha hasta Alcúdia para informar a su padre, ya que su vivienda de la calle de Rafaletas no tenía teléfono. Los agentes les grabaron en vídeo y escucharon sus conversaciones.

La detención de los terroristas se precipitó por un sospechoso cambio de zona de aparcamiento de la moto del joven Rego y ante su enclaustramiento y el de García Sertucha en el piso, informa Andreu Manresa.

Interior estableció en torno al Rey y su familia un fuerte dispositivo policial tras la llegada de los etarras, en julio, en el velero La Belle Poule. El mismo incluía tiradores de élite apostados cerca del apartamento del comando frente a la base naval de Porto Pi, donde atraca el yate real Fortuna. Aquéllos nunca encendían sus luces "para no ser vistos".

Los activistas, que alquilaron el piso por una agencia, tenían pensado huir de Mallorca en el velero, declarado como propiedad de Le Dauphiné Shiping Co. Dénery, con domicilio en el Gran Hotel La Cruaset, en Francia.