Guardias civiles mantienen un estrecho control sobre todos los testigos del 'caso Lasa-Zabala'
"Se está extendiendo el miedo de forma preocupante", reconoce uno de los miembros del equipo de investigación del secuestró y asesinato de los presuntos eta rras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, El fenómeno está relacionado con el estrecho control que guardias civiles del cuartel de, Intxaurrondo, (San Se bastián) mantienen hace meses sobre algunos ex, compañeros que podrían estar dispuestos a hablar ante el juez Bueren. Según fuentes policiales, las investigaciones- iban por muy buen camino hasta hace dos semanas." Pero los encargados del caso han empezado a chocar con las reticencias de varios testigos que han reconocido estar asustados, aunque ninguno ha presentado denuncia.
Especial alarma ha causado que el contrabandista Pedro Miguéliz, Chofo, quedase al descubierto inmediatamente después de prestar declaración el pasado 24 de julio- ante, el juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren. Miguéliz había. acudido a Madrid amparado por la Ley de Protección de Testigos, pero nada más regresar a San Sebastián recibió la visita de algunos guardias para preguntarle qué había-contado al magistrado.
Chofo ya estaba siendo objeto de control desde mucho tiempo antes, como lo indica que fuentes de la Guardia Civil revelasen en el mismo, día que el contrabandista había acudido a declarar a la Audiencia Nacional tras haber sido convencido por Enrique de Federico, comiario general de Policía Judicial uno de los responsables de la investigación del caso Lasa-Zabala.
Los mismos medios aseguraron que De Federico había intentado, además, que Chofo, incitara a su antiguo amigo, el ex sargento Enrique Dorado Villalobos, a contar todo lo que sabe.
Antes de conocerse que el testigo oculto era Miguéliz, funcionarios judiciales confundieron á los, periodistas haciéndoles creer que el declarante era oficial de la Guardia Civil. Sin embargo, fuentes del instituto armado desmintieron esa información practicamente al instante y agregaron que todos los que pudieran ser citados por el juez estaban lo calizados y en sus. casas.
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