El grupo austriaco Opus Lei acusa en público a cuatro obispos de homosexuales
Políticos, grupos 'gay' y católicos intervienen en la polémica contra la denuncia
Cuatro obispos de la Iglesia católica de Austria fueron ayer denunciados por tener "tendencias homosexuales" por el grupo de gay y lesbianas Opus Lei, en una acción sin precedentes criticada por la mayoría de la opinión pública en el país. El iniciador del outing episcopal fue Kurt Krickler, secretario general de la asociación militante de homosexuales, en Viena. Su acción, profusamente anunciada durante una semana, provocó indignadas reacciones de la Conferencia Episcopal, que amenazó ayer con Iniciar sendas querellas por calumnias, injurias y daños.
Según Krick1er que no presentó pruebas ni testigos de sus afirmaciones, el obispo auxiliar de Viena, Christoph Schönborn, es homosexual. Schönborn fue recientemente nombrado por el Vaticano arzobispo coadjutor, después del escándalo suscitado por las denuncias de abuso de menores contra el cardenal arzobispo de Viena Hans Hermann Groer. En la lista también se incluyó a los obispos Egon Kapellari, Andreas Laun y a Klaus Küng, del Opus Dei.El objetivo de las revelaciones, que según Krickler no significan que los obispos sean "homosexuales activos", es presionar para que se reforme la ley de homosexualidad, considerada como una de las más discriminatorias de Europa, y en protesta porque el Parlamento rechazó incluir a esta minoría entre las víctimas del nazismo, a pesar de que miles de homosexuales murieron en campos de concentración. Debido a ello, cientos de supervivientes, ya ancianos, no recibirán compensación económica. "Queremos demostrar que hay homosexuales en la política y en la Iglesia, y que no tiene nada de reprensible", dijo Krickler
En Austria, donde hay 600.000 homosexuales -320.000 hombres y 280.000 lesbianas-, aproximadamente un 8% de la población, la ley es particularmente dura con los homosexuales. El artículo 209 prevé penas de prisión de hasta cinco años para toda relación homosexual con un menor de 18 años, mientras que para los heterosexuales la edad se ha rebajado a los 14, cuando existe consentimiento mutuo. También penaliza hasta con seis meses de prisión la propaganda de publicaciones propias y el derecho de asociación de este colectivo.
Querella
Kurt Krickler, activo militante desde hace 16 años de organizaciones de homosexuales y desde hace 10 años seropositivo, dijo que había elegido este método "porque otros más suaves no han dado ningún resultado para reformar una ley que nos discrimina". Una reforma de la ley ha sido bloqueada por el partido popular OEVP, democristiano, a quien Krickler hizo responsable.El activista homosexual anunció además que cada mes revelará los nombres de políticos homosexuales, tanto del Gobierno como de la oposición. Y dijo que el 1 de septiembre será el turno de los socialistas y el 1 de octubre de los conservadores.
Un gran número de agrupaciones provinciales gay criticaron duramente la acción asegurando que "no se puede utilizar la homosexualidad como un arma y al mismo tiempo pedir tolerancia".
El obispo coadjutor de Viena, Christoph Schörnborn, reaccionó una hora y media después de la conferencia de prensa en la que fue revelado su nombre, negando "tener tendencias homosexuales", y advirtió que ya había hablado con su abogado para iniciar una querella. Por su parte, el obispo Egon Kapellari dijo que "debía a los católicos y a la opinión pública una explicación", y aseguré que las afirmaciones sobre mi persona de "un grupo de homosexuales de Viena que se hacen llamar Opus Lei no son ciertas". Kapellari añadió que la denuncia es, además, "una violación de los derechos fundamentales de las personas, base de una sociedad democrática".
Finalmente, el obispo Klaus Kurig, del Opus Dei, rechazó también las denuncias. "No tengo nada en contra de personas con tendencias homosexuales, pero protesto en contra de este método que viola los derechos esenciales de un ser humano". Kung aseguró que era "contraproductivo" intentar cambiar una ley "presionando con métodos de este tipo". El obispo anunció "medidas judiciales de acuerdo a las ofensas" en los próximos días.
El presidente de la Conferencia Episcopal, Johann Weber, dijo ayer que estaba "profundamente sorprendido" y se preguntó por las verdaderas intenciones de quienes han dado los nombres. "Los católicos y todas las personas de nuestro país no deberían aceptar afirmaciones no probadas como hechos comprobados", añadió.
Jefe del Gobierno
La mayoría de las organizaciones de homosexuales en Austria se han distanciado de los métodos, de Krickier, y también los partidos políticos y medios de comunicación, que habían decidido ignorar la convocatoria a la conferencia de prensa y no publicar los nombres de los obispos afectados.Los grupos homosexuales consideran que la iniciativa de Krickler puede ser contraproducente y provoca hostilidad hacia esta minoría. "Recuerda la época del Tercer Reich. Los que quieren declarar su homosexualidad pueden hacerlo. A los otros se les debe dejar en paz", afirmó Franz Thell, una de las figuras más conocidas de los homosexuales vieneses desde hace 20 años, afirma France Press.
El canciller federal austriaco, Franz Vranitzky, adoptó una actitud distante ante el tema y declaró que se trata de "la opinión de un ciudadano sobre otros ciudadanos, lo que pasa es que en este caso se trata de obispos". El jefe del Gobierno añadió que se trata de una cuestión "personal", a la que se debería reaccionar "también personalmente" y rechazó manifestarse sobre cómo actuaría si políticos socialdemócratas, como él, hubieran sido objeto de una acción semejante.
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