Clinton propone viajar en noviembre a españa para sellar la relación con Europa
La Administración norteamericana ha sugerido que el presidente Bill Clinton viaje a España el 27 y de noviembre para reactivar la relación transatántica entre la Unión Europea (UE) y EstadosUnidas, según indican fuentes diplomáticas. Las fechas ofrecidas plantean algunos problemas a la dioplomacia española y comunitaria pero serán, problemente aceptadas porque son las únicas que Casa Blanca parece dispuesta a proponer.
Durante su breve visita a Madrid, Clinton firmaría con el jefe del Gobierno español, Felipe González, y con el presidente de la Comisión Europea, Jacques santer, una nueva Declaración Transatlántica, que sustituiría a la vigente desde 1990, y un plan de acción que fijaría una serie de prioridades y áreas de cooperación entre EE UU y la UE para los próximos años.El 24 de julio se reunió, por primera vez, en Washington, un grupo de trabajo integrado por altos funcionarios norteamencanos; españoles y de la Comisión, para preparar esos textos. La delegación norteamericana entregó entonces a sus interlocutores un documento exhaustivo elaborado por varios departamentos y al que ha tenido acceso este periódico. En él se propone a los europeos desde mejorar la coordinación para hacer frente a las crisis humanitarias, hasta colaborar para disuadir a Rusia de prestar ayuda a Irán en materia nuclear, pasando por promover conjuntamente la democratización y los derechos humanos en Cuba.
En el ámbito económico, se fijan como objetivos la eliminación de las trabas al comercio y a la inversión con un tratado juirídicamente vinculante que incluya un mecanismo de solución de las disputas entre Estados y empresas; la conclusión en 1996 de un nuevo acuerdo de cooperación contra los monopolios; el reconocimiento ese mismo año de la validez en la comunidad transatlántica de las pruebas y certificados técnicos emitidos en cada uno de sus Estados y la firma en 1997 de otro acuerdo de mutua asistencia aduanera.
La Comisión Europea presenté, a su vez, el 26 de julio un documento estratégico para "ahondar sustancialmente" en lo que su comisario encargado de las relaciones comerciales, Leon Brittan, considera "la relación de este tipo más importante en el mundo". Los intercambios entre Ia UE y EE UU ascendieron en 1994 a 225.000 millones de dólares. Además, el 52% de la inversión extranjera en Norteamérica es europea y el 42% de la inversión extranjera en el Viejo Continente procede de EE UU.
El órgano ejecutivo de la UE aboga por crear un "espacio económico transatlántico", una idea un tanto ambigua, pero no asume la zona de libre comercio que el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, propugnó crear a largo plazo el 2 de junio en un discurso que pronunció en Madrid.
"No hay un apoyo europeo al área de libre comercio porque supone enormes problemas", declaró Brittan el miércoles. Con anterioridad, el presidente francés, Jacques Chirac, rechazó la idea en la intervención que hizo a principios de mes en Estrasburgo y, días antes, el propio González había estimado que tal proyecto era "prematuro".
Las reglas de la Organización
Mundial de Comercio estipulan que cualquier tratado de libre comercio debe incluir la agricultura, algo a lo que varios Estados europeos se resisten porque desean preservar la protección que otorga a ese sector la Política Agrícola Común.
Ni el documento norteamericano ni el comunitario mencionan tampoco una idea esgrimida por González el 3 de julio, durante la conferencia de prensa con la que presentó la presidencia española de la UE. Preconizó entonces que se incluyese algún mecanismo de cooperación monetaria para intentar evitar las caídas del dólar que perjudican a las exportaciones europeas y pueden incluso mermar la recuperación económica del Viejo Continente.
El representante de EE UU ante la UE, el embajador Eizenstat, sugirió la semana pasada en Bruselas que la declaración y el plan de acción fuesen firmados por su presidente el 27 y 28 de noviembre, porque esas fechas enlazaban con el único viaje que Clinton tiene previsto a Europa este año, concretamente a Irlanda y al Reino Unido.
El momento no acaba de gustar. A los españoles les coincide con la Conferencia Euromediterránea de Barcelona, entre la UE y sus 12 socios del Mare Nostrum que es a escala ministerial pero que tenían, previsto inaugurar o concluir el Rey y el jefe del Gobierno. Como la reunión de la Ciudad Condal sólo dura una tarde y una mañana, los diplomáticos españoles confían en salvar este escollo.
Cumbre de Madrid
El segundo problema de calendario afecta al conjunto de la UE. El grupo de trabajo de altos funcionarios tenía la intención de reunirse varias veces para poner a punto los dos documentos justo antes de que se celebre en Madrid; en diciembre, la cumbre de líderes europeos que debería darles el visto bueno. En origen, se pensaba en firmarlos con Clinton justo después de esa cita.
Suscribir esos textos a finales de noviembre, dos semanas antes de lo previsto, significa que no habrán podido ser examinados por el Consejo de Europeo de diciembre y que tendrán que ser los ministros de Asuntos Exteriores de los Quince los que les den el último visto bueno.
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