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El jurado se apiada de Susan Smith y la condena a cadena perpetua por el asesinato de sus dos hijos

La mujer evita la pena capital al considerar que actuó bajo enajenación mental

Antonio Caño

El jurado se apiadó de Susan Smith en el último momento y decidió unánimemente pedir cadena perpetua, y no la muerte, para esta madre de 23 años que mató a sus dos hijos, Michael y Alex, de 3 afíos y 14 meses de edad, respectivamente, y protagonizó uno de los casos que han cautivado durante meses la atención de los norteamericanos. Los nueve hombres y tres mujeres que tenían en sus manos el destino de Smith necesitaron sólo dos horas y media de deliberación para dar la razón a quienes pensaban que esta mujer actuó en estado de enajenación mental.

El abogado de la condenada, David Bruck, consiguió desmantelar la versión del fiscal de que Susan Smith mató a sus hijos como parte de una decisión racional para quedar en completa libertad y construir una nueva vida junto a su amante.David Bruck fue capaz también de tocar el corazón de la población de Union (Carolina del Sur), un área religiosa de lo que se llama el cinturón de la Biblia de Estados Unidos, apelando al sentimiento de perdón que enseñan los evangelios. Ayer, en su discurso del cierre de su argumentación, el abogado leyó el pasaje bíblico que recuerda que el que esté libre de culpa lance la primera piedra.

La semana pasada, Susan Smith fue considerada culpable de la muerte de sus dos hijos, a los que mató dejándoles caer al fondo de un lago dentro de su propio automóvil el pasado 25 de octubre. Durante nueve días, ella misma mantuvo la mentira de que sus hijos habían sido secuestrados por un hombre negro.

Testimonios

Algunos testimonios en los últimos días contribuyeron a salvar la vida de esta mujer de 23 años. A lo largo del proceso, el amante de Susan Smith confesó que no tenía planes concretos con la acusada, y que la muerte de los dos niños no modificaba de ninguna manera la relación entre ellos.

Diversos testigos que presentaron a Smith como una adúltera e irresponsable, sirvieron también, paradójicamente, para hacerla ver como una desequilibrada y una víctima. Enrte ellos, el del padrastro de la cusada, Beverly Rusell, que confesó haber mantenido relaciones sexuales con ella hasta hace pocos meses, pero que también admitió haber abusado de Smith cuando ésta era sólo una niña. "Tú no tienes toda la culpa de esta tragedia. Se me parte el corazón por todo lo que te he hecho", declaró el padrastro.

La propia Smith ha ofrecido en los últimos días ante el jurado la imagen de una persona arrepentida y resignada a su suerte. El abogado llamó a declarar a una vigilante de la cárcel en la que se encuentra Smith que contó que la acusada "se pasa el día llorando en su celda y leyendo la Biblia".

Otros amigos y parientes de Smith dijeron que, hasta el momento en que cometió el crimen, se había comportado siempre como una buena madre para sus hijos y una gran persona para todos los demás.

Sólo el padre de las dos víctimas, David Smith, dijo que quería ver muerta a la persona que mató a sus dos hijos. David Smith, que se divorció de Susan en mayo pasado, vivía ya separado de su mujer cuando se produjo el crimen, pero permaneció junto a ella durante el tiempo en que ésta sostuvo la versión del secuestro.

A la salida del tribunal, el abogado de Smith dijo que la condenada "sigue deseando morir" y "teniendo tendencias suicidas" aunque "se siente aliviada por su madre y el resto de su familia que no podían haber soportado una sentencia de muerte". Bruck asegura que aceptó llevar la defensa de Smith, en un momento en que su caso había suscitado la indignación de todo el país contra la mujer, por ser un firme opositor de la pena de muerte.

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