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Aznar acusa a González de no dimitir para blindarse frente a un procesamiento

hechos, no palabras. "No soflamas", llegó a decirle José María Aznar a Felipe González. "Explique los hechos" pidió una y otra vez. El líder del Partido Popular arrancó advirtiendo que el de los GAL es "el último de los asuntos" sobre los que le hubiera gustado debatir en el Parlamento, pero terminó llevando más lejos que nunca su acusación a González, de quien insinuó que no dimite para no perder el parapeto frente a un posible procesamiento.

Aznar aseguró que González no puede explicar los hechos porque tendría que renunciar a la jefatura del Gobierno, y no puede ofrecer una salida política rápida, como demandan los intereses del país, porque ha convertido la presidencia del Gobierno en un baluarte de su seguridad".A diferencia de otros debates, el presidente del PP no se ciñó en su primera intervención a un texto acabado. En esta ocasión cambiaron las tornas. Los socialistas distribuyeron el texto previamente redactado de Felipe González, mientras que los populares debieron recurrir a la transcripción del servicio de taquígrafos de la Cámara.

Y quizá porque, como dijo al principio de sus palabras, no estaba a gusto en el debate de fondo, Aznar se mostró más parco en palabras que en sesiones parlamentarias similares. Apenas consumió 15 minutos.

El líder del PP acusó a González de esquivar el objeto del debate, que "no es un problema de quién tiene más credibilidad", el presidente del Geibierno o el ex secretario general del PSOE de Vizcaya Ricardo García Damborenea. "Pedimos una explicación seria de los hechos, las conductas y las actitudes", dijo.Los hechos "son los que señalan la responsabilidad del Gobierno". Y los hechos, según enumeró Aznar, son los siguientes: "Durante algunos años ha estado actuando el llamado GAL; durante esos años el Gobierno no inició ninguna investigación sobre, los GAL ni tomé, ninguna medida para impedir su. funcionamiento; en 1983, cuatro miembros de los GEO [Grupos Especiales de Operaciones de la policía] fueron detenidos en Francia por intentar un secuestro".

"Funcionarios del Ministerio del Interior participaron en el secuestro de [Segundo] Marey", continuó el relato; "en 1984 las mismas personas que hoy están procesadas fueron ascendidas a los puestos de ' máxima responsabilidad en el Ministerio del Interior; desde 1991 existe una condena judicial por asuntos relacionados con el GAL sobre dos miembros del Cuerpo Nacional de Policía".Es un hecho también, agregó Aznar, "que se han utilizado estructuras, medios materiales, armas y fondos reservados del Gobierno; es un hecho que el que fuera en 1983 ministro del Interior [José Barrionuevo] está señalado por sus antiguos colaboradores como uno de los responsables de esta trama".Otro hecho al que aludió el presidente del PP, entre protestas socialistas, es "que el cambio de actitud de Francia en la lucha antiterrorista tiene una fecha clave, 1986, siendo ministro del Interior [Charles] Pasqua y primer ministro el actual presidente de la república [Jacques] Chirac".

Aznar pretendía rebatir así la versión de González, según el cual fue una entrevista suya con François Mitterrand, a finales de 1983, la que permitió el cambio de actitud francesa. El presidente del PP sacó un as de la manga para reforzar su argumentación y aludió como hecho final a una declaración de José Antonio Sáenz de Santamaría.

Este teniente general, actualmente asesor del Ministerio de Justicia e Interior, declaró tras estallar de nuevo el pasado diciembre el caso GAL: "Yo le devolví la pelota a Francia con los GAL". Con ello quería decir que la colaboración francesa. no funcionaba y que las tornas cambiaron cuando Francia se quejo a España de falta de ayuda contra la nueva organización terrorista.Derechos y deberes

Acabada la relación, Aznar emplazó a González. Si no da una explicación creíble, señaló, "los españoles tendrán que aceptar la lógica Implacable que se deriva de estos hechos: que usted y su Gobierno son responsables políticos". El silencio del jefe del Gobierno no puede continuar "sin causar un grave daño al Estado" y la interpretación "obligada", según el presidente del PP, es que a González "le preocupa más su situación personal".

Aznar enfiló entre rumores y protestas de los bancos socialistas el final de su discurso, con la insinuación abierta de que González se escuda en el poder por temor a responsabilidades penales. "No debiera confundir sus derechos como persona que intenta defenderse con sus deberes como gobernante", le espetó. Ante "una situación política gravísima", agregó, González busca una vez más "pretextos, chivos expiatorios, retorcidas explicaciones para zafarse de sus responsabilídades".

Esta actitud, para el líder del principal partido de la oposición, refleja "un estilo de gobierno que durante años se ha amparado lamentablemente en el ejercicio abusivo de la mayoría, siempre fronterizo con la desviación de poder". Aznar terminó con gesto más adusto que de costumbre, sombrío por momentos. Ya había subrayado antes: "No hay nada que pueda gustarme en esta historia".

La consecuencia del ejercicio abusivo de la mayoría, aseguró, es "un presidente del Gobierno bajo sospecha ante los ciudadanos". Y pidió a González que cumpla con su "obligación" de dimitir para ahorrar a los españoles "consecuencias políticas y morales que no se merecen".

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