Dole evita que la votación sobre el embargo suponga el fin inmediato de la misión de la ONU
ANTONIO CAÑO La ley sobre el levantamiento del embargo de armas a los musulmanes de Bosnia, pendiente anoche de votación en el Senado de Estados Unidos, incluye suficientes condiciones como para retrasar esa medida por algún tiempo y permitiría, por el momento, la continuación de la misión de paz de las Naciones Unidas. El patrocinador de la iniciativa, el senador republicano Robert Dole, aceptó una versión descafeinada de la ley con el propósito de ganar más apoyo parlamentario, y permitió que la última palabra sobre el levantamiento del embargo quede, en definitiva, en manos del Gobierno bosnio.
La propuesta, cuya aprobación se daba por descontada -aunque anoche permanecía la incógnita sobre si conseguiría los dos tercios necesarios para evitar el veto presidencial-, es, desde luego, un claro mensaje político contra la política de Bill Clinton y de los países europeos. Es también la llave que abre la puerta a un cambio profundo de la estrategia llevada a cabo hasta ahora en Bosnia y, en última instancia, a la retirada de los cascos azules.En la práctica, sin embargo, la redacción de la ley deja espacio todavía para maniobras diplomáticas, y deja también muchos cabos sueltos antes de que el embargo sea levantado. La iniciativa republicana, con la que Dole quiere robar a Clinton protagonismo en política exterior, obliga a la Administración a levantar el embargo de armas a los musulmanes inmediatamente. después de la salida de Bosnia de las fuerzas de la ONU o 12 semanas después de que el Gobierno bosnio solicite esa retirada.
La semana pasada, el máximo representante diplomático bosnio en Washington, Sven Alkalai, anunció que si la ley es aprobada su Gobierno pediría sin demora la conclusión de la misión de paz de la ONU. Las máximas ,autoridades musulmanas en Sarajevo también han reclamado el levantamiento del embargo y han amenazado con la retirada de los cascos azules. Pero hay que esperar a ver si pasan de las, palabras a los hechos. Pese a todas las declaraciones contra la ONU, los musulmanes necesitan todavía a esa organización para la distribución de ayuda humanitaria y para impedir lo que podría ser el asalto fin al de los serbios.
Por otro lado, los musulmanes boshios tienen que librar antes de tomar una decision sobre la retirada de cascos azules sus verdaderas posibilidades de recibir armas de Estados Unidos. Una cosa es votar a favor del levantamiento del embargo y, otra aprobar fondos para entregar armamento. Muchos senadores que se pronuncian por lo primero podrían no hacerlo por lo segundo, dejando a los musulmanes en el peor de los mundos: sin cascos azules y sin armas.
La Administración de Bill Clinton se ha mostrado siempre a favor del levantamiento del embargo como posición filosófica, pero en contra de, hacerlo unilateralmente. Durante los últimos días, varios altos funcionarios del Gobierno han advertido a los congresistas de las consecuencias dramáticas que tendría esa medida. La Administración considera que la iniciativa del Senado produciría la americanización de la guerra, dejaría a EE UU con toda la responsabildad en el conflicto y haría más factible lo que menos se desea, el envío de tropas de combate.
En el caso de que el Senado aprobarse este texto propuesto por Dole por mayoría de dos tercios, el presidente Clinton tendría aún la posibilidad de devolver al Senado la resolución con retoques, ganando más días para negociar. Si la Cámara alta aprobase de nuevo la resolución por dos tercios, ésta se transformaría automáticamente en ley.
Una resolución sobre el levantamiento del embargo ya fue aprobada por dos tercios por la Cámara de Representantes.
Un embargo desigual
El embargo de armas fue impuesto por las Naciones Unidas en Bosnia en 1991 con la intención de impedir el rearme de los serbios. Pero el cumplimiento de ese embargo nunca fue, en realidad, vigilado, y los serbios reunieron un importante arsenal antes de que la guerra hubiera siquiera empezado. Los musulmanes consiguieron posteriormente equilibrar algo esa situación con envíos de armamento procedente de algunos países de Oriente Próximo. Varios expertos militares han estimado que los musulmanes siguen teniendo en la actualidad acceso a las armas que necesitan.
El Gobierno bosnio ha calculado, no obstante, que el levantamiento del embargo de parte de Estados Unidos comprometería a este país no sólo en la venta de armas, sino en el adiestramiento de sus fuerzas armadas. En ese escenario teórico, el Gobierno bosnio asumiría un papel similar al de los grupos guerrilleros musulmanes que lucharon, con presupuesto, armas y entrenamiento de Estados Unidos, contra la ocupación soviética de Afganistán.
Javier Solana: "Sería arrojar más leña al fuego"
El ministro español de Exteriores, Javier Solana, opinó ayer que la ley del Senado norteamericano para el levantamiento del embargo de armas a los musulmanes de Bosnia resulta "muy poco operativa". Solana, que concluía su primera visita a Washington como presidente de turno del Consejo de la Unión Europea, aseguró que la vota ción en el Senado, que estaba prevista para anoche, "tiene una gran carga política", pero no re sulta muy fácil de aplicar por que ninguna de las partes involucradas en el conflicto de Bosnia, ni siquiera los propios musulmanes, tienen intención de retirar, por el momento, los cascos azules. En todo caso, Solana advirtió que el levantamiento del embargo "no es una buena solución". "Sería arrojar más leña al fuego", dijo el ministro, que ayer discutió esta y otras alternativas en la Cámara de Representantes con el presidente del comité de Relaciones Exteriores, Benjamín Gilman, y el líder de la minoría demócrata, Rickard Gephardt. Solana no quiso pronunciarse sobre el alcance del acuerdo de Londres hasta que la OTAN no clarifique una posición definitiva al respecto.
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