Los españoles del campo tienen más relaciones sexuales que los de ciudad, que se masturban más
Las mujeres maduras, principales usuarias de las consultas sexológicas
Los habitantes de zonas rurales mantienen en España más relaciones sexuales que los pobladores de las ciudades, que, en compensación, encabezan las estadísticas de masturbación, según afirmó ayer el profesor de psiquiatría José María Valls, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Las consultas que los psicólogos y psiquiatras. reciben sobre temas sexuales no han cambiado de número, pero sí de género. Si en los ochenta eran de varones preocupados por su homosexualidad, ahora son mujeres maduras que quieren aprovechar la tolerancia sexual.
Los agobios y apreturas de la vida metropolitana han encontrado una válvula de escape íntima y solitaria. El porcentaje de mujeres españolas que practican la masturbación es del 22% en los pueblos de menos de 20.000 habitantes, pero asciende hasta el 49% en las grandes ciudades. En el caso de los hombres, la cifra sube del 34% rural hasta el 63% urbano, según un estudio de la Cátedra de psiquiatría de la Universidad de Córdoba, dirigida por el profesor Castilla del Pino, a la que también pertenece el profesor José María Valls.El nivel de estudios es otro Factor estimulante de las prácticas autoeróticas, sobre todo para las mujeres. Un 49% de las estudiantes universitarias se masturba, frente al escaso 8% de las chicas sin estudios. En el caso de los hombres que no tienen estudios alcanzan un 58% que aumenta hasta el 64% en los universitarios.
A principios de los ochenta, la mayoría de las consultas sobre sexualidad que recibían psiquiatras y psicólogos eran de varones jóvenes, preocupados por su homosexualidad o por los supuestos signos externos de su actividad masturbatoria. Hoy las principales usuarias son mujeres de más de 40 años que, tras haber visto reprimida su sexualidad en la primera juventud, quieren ahora "subirse al carro" de los nuevos aires de tolerancia, afirma Valls.
Los estudios comparativos de la cátedra cordobesahan puesto de manifiesto que la conducta sexual de los españoles depende menos de la ideología, la religión o la cultura que de la generación. Según Valls, "la generación de la República fue parecida a la de la transición democrática" por su alto número de experiencias sexuales y cambios de pareja, y por su relativa falta de complejos. Pero el entorno y las tendencias políticas también cuentan, y los análisis señalan que los votantes de izquierda muestran en promedio mayor actividad sexual que los de derechas.
Valls intervino ayer, junto con Eudoxia Gay, coordinadora del área de salud mental de Córdoba, en el seminario La comunicación interpersonal como sistema, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.
Gay analizó la conducta sexual como lenguaje". El lenguaje sexual -el repertorio de gestos y actitudes que usan los humanos para seducirse, aceptarse o rechazarse- no depende, paradójicamente, del sexo, sino del papel pasivo o dominante que una persona asume dentro de la pareja.
Gay explotó fructíferamente el símil lingüístico y señaló que el sexo es "un lenguaje universal, aunque con un número limitado de vocablos". Como todo lenguaje, el erotismo se puede usar para mentir e incluye entre sus códigos los significantes del silencio, la inhibición y la frigidez. Gay concluyó: "Se puede vivir sin sexo, pero no sin seducción".
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