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Un largo periplo para llegar a Saturno

Saturno está muy lejos de la Tierra y es un planeta gigante y gaseoso, rodeado por sus característicos anillos helados. Es una terra incógnita, sólo explorada desde relativamente cerca por las misiones Voyager en los primeros ochenta. Hacia él se dirigirá en 1997, si los presupuestos lo permiten, un vehículo no tripulado de la NASA, el Cassini. El viaje será largo, porque para llegar, como tuvo que hacer la Galileo en su viaje hacia Júpiter, la nave Cassini tendrá que dar unas cuantas vueltas para aprovechar el impulso gravitatorio de otros planetas. Su misión es soltar sobre Titán, la luna más interesante de Saturno, una sonda de fabricación europea, la Huygens, y entrar en, órbita del planeta para estudiarlo durante cuatro años.Anillos y lunasTanto Cassini como Huygens fueron astrónomos que estudiaron Saturno, sus anillos y sus lunas. Huygens, de hecho, estableció que se trataba de anillos, y descubrió Titán, una luna que intriga a los científicos porque tiene una densa atmósfera rojiza, probablemente formada por moléculas orgánicas, bajo la cual pueden esconderse océanos. En esa luna se podrían así encontrar condiciones similares a las de las primeras etapas de la evolución terrestre que dieron lugar a la vida. Saturno tiene un diámetro aproximadamente diez veces el de la Tierra y cabrían en él 750 planetas como el nuestro. Sin embargo, su densidad es menor que la del agua. Tiene, al menos, 18 satélites naturales, y Titán es el más grande.La Cassini, si se lanza en 1997, a bordo del cohete más potente estadounidense, el Titan IV-Centaur, pasará dos veces por Venus, una por la Tierra y' otra por Júpiter, para alcanzar Saturno en el 2004. Es un programa muy ambicioso que reúne a 1.300 equipos científicos e industriales de 17 países.El orbitador, de una altura de dos pisos y una masa de 2.500 kilogramos (sin contar el combustible) llevará tres docenas de instrumentos científicos para estudiar Saturno desde una órbita variable. La sonda Huygens, de 2,7 metros de diámetro, descenderá sobre Titán con un paracaídas para darle tiempo a ir midiendo con sus sensores la temperatura, la presión y la estructura física y química de la atmósfera, datos que transmitirá a la Cassini para que lleguen a la Tierra. Su descenso durará unas dos horas, y los científicos esperan que sobreviva al aterrizaje lo suficiente como para proporcionar indicios de lo que ha encontrado.

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