Chirac equipara el papel de las grandes potencias en Bosnia con el de las democracias ante Hitler
Jacques Chirac planteó ayer una última alternativa a las grandes potencias: "Emprender una operación militar firme para recuperar Srebrenica" de manos de los serbios, o retirar los cascos azules y abandonar Bosnia a su destino. El presidente de Francia reconoció que los contactos que había mantenido con otros líderes arrojaban, hasta el momento, un resultado "nada positivo" y se mostró abiertamente pesimista: "Creo que nuestro papel se parece cada vez más al de Chamberlain y Daladier", dijo, refiriéndose a los dirigentes británico y francés que cedieron ante Adolf Hitler en la famosa conferencia de Múnich en 1938. Chirac declaró que si no había reacción de las potencias, más valía retirar ya a los cascos azules
Ante una treintena de periodistas extranjeros, Chirac evitó contagiarse del ambiente festivo del 14 de julio cuando habló del "triunfo de la barbarie en Bosnia" y repitió los términos de su comunicado del jueves: "La caída de Srebrenica es un enorme fracaso, no sólo para la ONU y para la OTAN, sino para todas las democracias".¿Cuán grave sería la humillación de retirar los cascos azules?, le preguntó alguien. "Humillados ya lo estamos, somos humillados cada día", respondió. "He hecho un llamamiento", siguió, "a todos los aliados occidentales de Francia para emprender una operación militar firme, pero las reacciones no son por ahora nada positivas. Lo deploro. Francia está dispuesta a aportar todos los medios a su alcance, pero está sola y no puede actuar por su cuenta. Nosotros, las grandes democracias, hablamos mucho de libertad y derechos humanos, pero callamos cuando se trata de defender esos principios. Es un enorme descrédito para todos nosotros y quizá acarree, en el futuro, consecuencias muy graves
La idea que Jacques Chirac planteó a sus aliados consistía en una "operación militar firme y limitada" que permitiera recuperar Srebrenica de manos serbias o "por lo menos, como minimo, tolerable", garantizar "con hechos" la defensa de los enclaves catalogados por la. ONU como "zonas de seguridad": Zepa, Gorazde y Sarajevo. "Si no hacemos ni e seguimos actuando como simples testigos, convertimos a los cascos azules en cómplices de los agresores. Y en ese caso es mejor irse".
Rendición sin resistencia
Se declaró "asombrado" sobre la cuestión de por qué las tropas bosnias habían rendido Srebrenica sin la menor resistencia. "Mi perplejidad demuestra, en cualquier caso, que disponemos de una pésima información sobre lo que ocurre en Bosnia".
El presidente francés también se refirió a la próxima votación del Congreso de los Estados Unidos en la que, muy probablemente, se decidirá el levantamiento del embargo armamentista sobre Bosnia: "Si se levanta el embargo, no queda otra opción que la retirada" afirmó.
Estados Unidos ya ha contestado al presidente francés que no está dispuesto a enviar tropas norteamericanas a Bosnia para ayudar a la liberación de los enclaves ocupados o atacados por las fuerzas serbias. Pero los más altos jefes militares norteamericanos pasaron ayer el día discutiendo con qué otros medios podrían contribuir en el caso, que aquí se considera improbable, de que prospere la iniciativa francesa de lanzar una ofensiva para evitar la humillación de la ONU.
Preguntado ayer sobre si la Administración estaba considerando la posibilidad de modificar las estrictas condiciones que habían sido impuestas para autorizar el despliegue de tropas, el portavoz de la Casa Blanca, Michael McCurry, contestó: "No, siguen siendo las mismas". Esas condicíones, que prevén la retirada de los cascos azules y una limitada misión para liberar a fuerzas aisladas de la ONU, no incluyen ni de lejos el tipo de operación que ha propuesto Chirac.
Respaldo de la ONU
El presidente Bill Clinton habló por teléfono en la noche del jueves con Chirac para exponerle la posición norteamericana. Lo mismo hizo con el canciller alemán, Helmut Kohl, y ayer se comunicó también con el primer ministro británico, John Major, su principal socio en la Fuerza de Intervención Rápida. Esquivando la clara propuesta francesa de hacer uso de la fuerza, Major convocó ayer al Grupo de Contacto (Reino Unido, Francia, EE UU, Rusia y Alemania), a la OTAN y a la ONU para celebrar una cumbre extraordinaria el próximo 21 de julio en la capital británica. La agenda de la reunión, "determinar los pasos a seguir en Bosnia". El Gobierno británico anunció ayer el envío de otros 400 soldados y 12 aviones Harrier GR7 a Bosnia.
Para que la propuesta francesa saliera adelante, requeriría la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU. EE UU parece dispuesto a darle el apoyo en ese organismo si París consigue antes el respaldo de otros aliados europeos para participar en un ataque sobre Srebrenica.
En ese caso, la Administración norteamericana podría contribuir a la operación con cobertura aérea y apoyo logístico. Pero ése es un escenario que, por el momento, no se vislumbra. En el caso contrario, si Chirac decide cumplir su amenaza de retirar su parte de Unprofor y la misión tiene que ser cancelada, Estados Unidos 'Ofrecería alrededor de 25.000 soldados para preparar la retirada de los cascos azules y sugeriría de nuevo el levantamiento de armas al Gobierno bosnío.
Mientras tanto, los embajadores de la OTAN se reunieron ayer por tercer día consecutivo con carácter de urgencia para estudiar qué medidas tomar ante la ofensiva serbia. Una de las barajadas es reforzar la zona de exclusión aérea en Bosnia.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Butros Butros Gali, declaró ayer que mantenía tanto la opción militar como la diplomática pero que aún no podía anticipar cuál de las dos sería favorecida por el Consejo de Seguridad. Gali nombró ayer a Thorvald Stoltenberg, copresidente de la Conferencia de Ginebra en la antigua Yugoslavia, su enviado especial a Bosnia.
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