Competir fuera de casa
La capacidad de construir grandes barcos superará un 300% a la demanda
El plan de reconversión del sector naval público aborda también la especialización de las plantas, además de su redimensionamiento. Uno de los problemas de los astilleros es su casi total dependencia del exterior. Alrededor del 95% de las ventas corresponde a la demanda internacional, con lo que o España sale a competir fuera, o los astilleros mueren. Y a pesar de que el mercado ha crecido, la competencia se ha endurecido por la fuerte presencia de países como Corea o los antiguos de Europa del Este en buques estándar, o con Japón y Alemania en los de alta tecnología.En la primera gama, que engloba graneleros, petroleros y buques de carga general, y que supone el 70% de la demanda mundial, la razón fundamental para conseguir ventas es el precio. En esta serie, según la DCN juega un papel primordial la mano de obra, que en España supone el 30% del coste del barco, mientras en Corea es del 22% y en Europa oriental del 17%. En cuanto a plazos de entrega, el segundo factor en importancia para conseguir ventas, España entregaría entre dos y cuatro meses más tarde que Corea o Japón.
Por lo que se refiere a barcos de alta tecnología, categoría que engloba a los cruceros, off shore, petroleros shuttle (lanzadera) y grandes portacontenedores y que supone sólo el 15% de la demanda, se pretende que los astilleros públicos, que están muy bien posicionados en petroleros shuttle y en off shore pasen tambièn a construir cruceros.
La comparación en este segmento del mercado con los principales competidores es favorable ahora para españa con respecto a costes, pero esa ventaja se perderá si no se actúa. De aquí al año 2000, la DCN prevé que Japón y Europa occidental bajen los costes un 20%, mientras el camino que sigue España es el de subirlos.
La División de Construcción Naval prevé privatizar, después del ajuste, los astilleros medianos, y concentrar la carga de trabajo en los grandes, abandonando además las reparaciones. Ambas medidas han sido fuertemente contestatadas por CC OO y UGT. Martínez de Albornoz argumenta que hay que prever que los grandes astilleros tengan que hacer barcos medianos en determinadas temporadas valle.
Entre 1993 y la media del periodo 1996-2000, la demanda global de construcción naval y la capacidad de construcción se incrementará el 30%, según un análisis de la División de Construcción Naval. Y la tasa de ocupación de los astilleros podría llegar hasta el 90%. Sin embargo, añade el estudio que ello no provocará la recuperación de los precios porque existe un fuerte desequilibrio entre demanda y, oferta según sea el tamaño del barco. "La capacidad de construcción de buques grandes, mayores de 70.000 toneladas (GT), superará a su demanda entre un 200% y un 300%. Esto forzará una batalla en cada contrato en esos tamaños, conducente a una degradación de precios y la necesidad de que los astilleros grandes busquen cartera en tamaños inferiores", concluye.
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