Los serbios arrebatan a los 'cascos azules' a los refugiados bosnios en edad de combatir
Naciones Unidas no están en condiciones de manejar la estampida de miles de personas que huyen de la ciudad bosnia de Srebrenica, conquistada el martes por las tropas doras serbias mientras los cascos azulesse retiraban a sus cuarteles al norte de este enclave nororiental. El éxodo de cerca de 30.000 refugiados que buscan para sobrevivir el apoyo de los 400 soldados holandeses estacionados junto a Srebrenica desborda por completo las posibilidades de la ONU,según sus portavoces. Entre la alarma general, los asaltantes serbios entraron ayer en el recinto de los cascos azules para separar de la multitud a todos los hombres en edad militar y llevárselos para su interrogatorio en camiones a la vecina localidad de Bratunac.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) negoció con los dirigentes de Pale el envío urgente de un convoy pon 23 toneladas de ayuda humanitaria, que fue autorizado a última hora de la tarde de ayer. ACNUR también solicitó la eventual apertura de un corredor humanitario hacia Tuzla, en territorio gubernamental bosnio. Un total de 3.000 refugiados de Srebrenica atravesó ayer la línea de frente para entrar en la zona gubernamental bosnia, donde fueron recogidos por autobuses y camiones de la ONU. Mientras, las fuerzas serbias siguen concentrándose en torno a Zepa y Gorazde, las otras dos únicas zonas protegidas que, aparte Sarajevo, quedan en el este de Bosnia.Soldados y desplazados son esta vez los rehenes. Los asaltantes entraron ayer en el gigantesco campo improvisado en torno a los acuartelamientos de la ONU para, separar a todos los varones mayores de 16 años en busca de soldados del Ejército gubemamental que defendía Srebrenica. Los serbios concentraron autocares y camiones en la zona para llevarse a los hombres, ante el terror de mujeres y niños.Supuesto interrogatorio
El comandante de la base holandesa intentó negociar sin éxito la presencia de uno de sus soldados en cada uno de los autocares que han de dirigirse a Bratunac para este aparente interrogatorio. El presidente bosnio, Alia Izetbegovic, alerté ayer a la opinión internacional ante la posibilidad de que pueda producirse una expeditiva limpieza étnica sin testigos. El comandante en jefe serbobosnio, Ratko MIadic, ha dicho que no permitirá el movimiento de fugitivos hacia zonas bajo control del Gobierno de Sarajevo sin antes investigar a los hombres, para localizar a los miembros de las fuerzas armadas bosnias.
Las fuerzas serbias hicieron el martes su bingo. A cambio de un carro de combate, una ciudad. El simbólico ataque aéreo de la OTAN contra sus líneas de blindados en tomo al enclave de Srebrenica se saldó con un carro destruido por un misil y precipitó el avance de los sitiadores hasta el interior mismo de la localidad, donde se hacinaban aterrados miles de refugiados llegados de otras partes del enclave. Los mismos que ayer, concentrándose cinco kilómetros al norte, junto a las instalaciones de los cascos zules holandeses, están provocando la "gran crisis humanitaria" de que hablan las Naciones Unidas. "No hay medicinas, no hay agua y no hay comida para más de 48 horas", según el portavoz de ACNUR Ron Redman. La zona, donde los holandeses atienden como pueden a los heridos -que se cifran en más de 70 en estado muy grave- se ha convertido en un campo de concentración ambulante al que los victoriosos serbobosnios apuntan sus armas pesadas, según fuentes de las Naciones Unidas en Sarajevo.
Mientras, en el disperso pueblo de montaña que sirve de capital a los serbios de Bosnia sonó ayer por la mañana la alarma general, después de que hicieran impacto en las afueras tres proyectiles disparados al buen tuntún por la artillería bosnia desde la vecina Sarajevo, qué enviaba así su impotente mensaje de respuesta por la caída de Srebrenica. Desacostumbrados a escuchar tan cerca impactos de proyectiles de 120 milímetros, los vecinos de Pale corrieron a refugiarse en sus casas con el estupor reflejado en la cara. A diferencia de la artillería serbia, que ocupa todas las cimas en torno a Sarajevo y elige sin prisa sus cercanos blancos, el Ejército bosnio dispara sus piezas por aproximación, sin control visual y por encima de la montaña de Trevebic. En la capital bosnia, cinco personas murieron, entre ellas un niño, y otras 19 resultaron heridas ayer tras un bombardeo desde posiciones serbobosnias.
El líder serbobosnio Radovan Karadzic, que poco antes de las detonaciones presidía en la iglesia ortodoxa del lugar una ceremonia que conmemoraba el quinto aniversario de su Partido Democrático Serbio, ha nombrado un comisario civil, Miroslav Deronic, para Srebrenica. Karadzic declaró que el enclave de Srebrenica "no volverá a tener jamás el estatus de zona de seguridad" de la ONU. Abundando en un comunicado de la víspera, el asesor presidencial Jovan Zametica declaró por la mañana que "los refugiados no tienen nada que temer y estarán más seguros que antes si regresan a sus casas". Las fuerzas de los serbios de Bosnia, según su comandante en jefe, están limpiando la zona de los "terroristas musulmanes" que operaban desde ella y han sido el pretexto formal para el asalto final a la ciudad.
Desde Sarajevo, el portavoz de la ONU Alexander Ivanko informaba de que los asaltantes serbios han apuntado los cañones de sus blindados contra la multitud que huye de Srebrenica y las instalaciones de los cascos azules, para garantizarse así que la, OTAN no volverá a atacarles. Otros dos puestos de observación de la ONU fueron tomados ayer por los serbobosnios, que han incrementado en 10, hasta 40 aproximadamente, el número de cascos azules holandeses que mantienen en su poder como rehenes.
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