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Choques en el Ulster entre la policía y protestantes de la Orden de Orange

En vísperas de la celebración del 12 de julio, jornada en la que los protestantes celebran con desfiles en toda Irlanda del Norte la victoria de 1690 sobre los católicos en la batalla de Boyne, los temores a un nuevo estallido de violencia siguen aumentando en la provincia. Anoche, los, primeros síntomas de un anunciado conflicto estallaron cuando grupos de participantes en una marcha de la protestante Orden de Orange que tenía previsto atravesar la ciudad de Portadown en Armagh, se enfrentaron con la policía antidisturbios. Un número indeterminado de agentes del Royal Ulster Constabulary (la policía de Irlanda del Norte) y manifestantes resultó herido en un primer enfrentamiento.

Centenares de seguidores de la Orden de Orange, a los que a última hora de ayer, se habían sumado miles de protestantes, mantenían un improvisado sitio, frente a la iglesia de Drumnacree, a las afueras de Portadown, desde el domingo, cuando la policía bloqueó con jeeps el camino que tenía previsto seguir el desfile.Tanto el cardenal primado de la Iglesia católica en Irlanda, Cahal Daly, como el ministro británico para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew hicieron ayer un llamamiento a la calma a los habitantes del Ulster para que no haya que lamentar incidentes "que dañen el proceso de paz".

Tras una larga y tensa noche de espera, la policía se mantenía firme ayer en su decisión de no autorizar el paso del desfile más allá de los alrededores de la iglesia. Pero a última hora de anoche, algunos grupos de manifestantes lograron romper el cordón policial y aproximarse a Garvaghy Road, el área donde un par de centenares de católicos mantienen un cerco para evitar que transcurra la marcha protestante. Tras el primer escarceo,_la policía logró contener a los grupos de seguidores de la orden de Orange, mientras el líder del Partido Democrático Unionista, Ian Paisley, arengaba a las magas señalando que cualquier retroceso del desfile equivaldría a la entrega de la provincia.

Un espectacular despliegue de vehículos blindados del Royal Ulster Constabulary había impedido el domingo a unos 800 miembros de la orden iniciar una tradicional parada con música y estandartes desde la iglesia de Drumnacree hasta el centro de la ciudad.

Vestidos con sus trajes de domingo convenientemente adornados con los emblemas de estilo masónico de la orden, los participantes en un desfile que se viene celebrando desde hace casi 200 anos en el Ulster se mostraban decididos ayer a permanecer en sus puestos.

La imparable marcha del progeso de paz en Irlanda del Norte, tras el alto el fuego anunciado por el Ejército Republicano, Irlandés (IRA) el 31 de agosto pasado, no ha alterado el propósito de los miembros de la Orden de Orange de celebrar sus desfiles.

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