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Cansancio y decepción en los viajeros del tren español 'de la solidaridad'

Llegan a Estrasburgo 1.200 jóvenes del programa por la tolerancia

ENVIADA ESPECIAL, Los 120 jóvenes del tren español de la solidaridad, de la campaña organizada por el Consejo de Europa contra el racismo y la intolerancia, llegaron en la mañana de ayer a su destino, Estrasburgo, con las bocas tapadas por pegatinas con el lema de la propia campaña: "Somos diferentes, somos iguales". Era una protesta contra los propios animadores del Consejo de Europa en el convoy, que. habían intentado disuadirles para no manifestarse a su paso contra la alcaldía de Orange, en manos del Frente Nacional.

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A la una de la madrugada de ayer domingo, a su paso por Orange (a dos horas de Marsella), los jóvenes quisieron tirar de la palanca de alarma, parar el tren y hacer una manifestación en la estación contra la alcaldía de Orange, en manos del Frente Nacional (extrema derecha): "Si viene la policía", argumentó uno de los animadores, "se lanzará contra los magrebíes, ya que la policía-urbana de esta ciudad también será fascista".Los ánimos venían ya caldeados desde Toulouse y Marsella. La mayor parte de los jóvenes (magrebíes, españoles, portugueses y franceses pertenecientes a organizaciones y asociaciones de militancia a favor de la tolerancia y entre los 18 y 28 años) se habían quejado de las fórmulas de organización aplicadas por el comité francés de la campana para los desplazamientos en tren y las distintas actividades locales.

A diferencia de Renfe, que, desde Madrid a Portbou, fletó un tren especial con objeto de que los viajeros dispusieran de vagones para actividades, la SNCF no aceptó esa fórmula y los jóvenes viajaron por las noches en literas de líneas regulares. "Ha sido imposible preparar nuestro trabajo en el tren, como estaba previsto, para llevar los resultados a Estrasburgo", dijo Xavier, del comité organizador español y miembro de las Juventudes Socialistas en Cataluña.

Visitas "turísticas"

El malestar creció tras el cansancio. Por cuestiones de horario ferroviario, la noche de Toulouse a Marsella no durmieron más de cuatro horas y muchos de ellos después de hasta ocho días de viaje, debido a su procedencia de Lisboa, Algeciras y norte, de África. En segundo lugar, por la falta de organización de actividades en estas ciudades francesas para cumplir con cometidos como concienciar a su paso por las calles con algún acto, al igual que se había hecho en Zaragoza (marcha pacífica desde la estación a la diputación) y Barcelona (pintada de una pancarta en las Ramblas instalada después sobre el pie de la estatua, de Colón).Estaban abrumados por actos y discursos. oficiales en los ayuntamientos, "repetitivos y que no nos enseñan nada", comentaba en Toulouse Elena, de Jóvenes contra la Intolerancia de Madrid. Y por demasiadas visitas "turísticas", ya en Marsella la ciudad francesa donde mejor se está llevando a cabo una política de integración racial movida por un sinnúmero de organizaciones sociales- habían pretendido hacer, sin éxito, una manifestación ante la sede del Frente Nacional por la muerte del joven músico Ibrahim, asesinado hace unos meses en la calle por dos jóvenes de extrema derecha. En esta ocasión los viajeros también fueron disuadidos por los representantes del Consejo de Europa.

Todos los ocupantes de los seis trenes (Solidaridad, Libertad y Liberación, Visión de Europa, Entendimiento y Tolerancia, Memoria y Futuro, e Igualdad) procedentes de países escandinavos, latinos, del Reino Unido y centroeuropeos, fueron llegando ayer en forma de inmensas bocanadas a la estación de Estrasburgo. Son 1.100, que participarán desde hoy, lunes, en la Semana Europea de la Juventud, junto con otros 100 residentes en Estrasburgo, por un "no a las actitudes racistas y una democracia europea de la tolerancia". Han recorrido 13.000 kilómetros, atravesado 24 países y parado en 43 ciudades diferentes.

Los 120 activistas por la tolerancia del Solidaridad consideran "importante que se celebre este encuentro", afirma Carlos, monitor portugués, aunque, "esperemos que todo esto no se quede en buenas intenciones y simples intercambios entre todos nosotros y que sean los Gobiernos europeos los que legislen de tal manera que se haga imposible la intolerancia", añade Eric Métin, de la Asociación de Jóvenes de Turquía, de París.

En esta semana participarán personalidades como Vaclav Havel (presidente de la República Checa) y Elie Wiesel (premio Nobel estadounidense); artistas como Peter Gabriel y Jeremy Irons, y escritores como Jorge Semprún.

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