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Reportaje:

Comandos franceses asaltan el 'Rainhow Warrior'

Los ecologistas que tratan de torpedear las pruebas nucleares en Mururoa fueron reducidos con gases

El amanecer del lunes, 10 años después de que el primer Rainbow Warrior fuera echado a pique por agentes secretos franceses, el nuevo buque insigna de la organización ecologista Greenpeace volvía a desafiar al Gobierno de París. Veinte comandos de la Armada francesa abordaron a las 6.45 de hoy (hora local, 18.45 del domingo en la España peninsular) el Rainbow Warrior II en aguas de la zona de exclusión marítima del atolón de Mururoa, en el Pacífico sur. El buque había penetrado en esas aguas para intentar torpedear la reanudación de las pruebas nucleares francesas. En la operación de abordaje intervinieron dos helicópteros y varios navíos y se utilizaron gases lacrimógenos.

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Todo transcurrió, muy de prisa, menos de una hora desde que el navío de Greenpeace cruzó la línea imaginaria trazada en el agua -el perímetro prohibido de 12 millas en torno al atolón de Mururoa, establecido por las autoridades navales francesasy se produjo el asalto de los comandos. En medio de la noche, el Rainbow Warrior y los dos buques que le perseguían, la fragata Vendémiaire y la patrullera La Railleuse no eran más que tres puntos luminosos que se alejaban. A las 6.15, cuando el cielo de la Polinesia comenzaba a adoptar un tono rosáceo, el Rainbow Warrior se encaminaba a una velocidad de diez nudos (cerca de 20 kilómetros por hora) hacia la entrada del atolón, el santuario donde el Ejército francés realiza sus pruebas nucleares. Le acompañaban cuatro lanchas neumáticas.En ese momento, el remolcador de alta mar Rari, que bloqueaba la entrada del atolón, abordó al Rainbow Warrior y cortó en seco su avance. El barco de Greenpeace, como si hubiera caído voluntariamente en las redes de un pesquero, no intentó zafarse. La Vendémiaire, que se había mantenido a una distancia respetable, comenzó a aproximarse, trazando un limpio arco hacia el costado del Rainbow Warrior. Como una sombra, La Railleuse, con varias decenas de comandos agazapados, calcaba el movimiento. La Railleuse botó dos lanchas zodiac con veinte comandos, en su mayor parte enmascarados. La operación Nautilus 95 entraba en su fase final.

Boca del atolón

Mientras un helicóptero de tipo Gazelle, que había despegado de la fragata, empezaba a sobrevolar el Rainbow Warrior, cámaras militares tomaban imágenes desde otro tipo Puma para probar la posición ilegal del barco y evitar futuras apelaciones legales. En ese momento, el Rainbow Warrior se encontraba a menos de ocho kilómetros de la entrada del atolón.

Las dos lanchas zodiac se abarloaron a la amura del buque insignia de Greenpeace, y los veinte comandos tomaron al asalto el barco sin encontrar la menor resistencia. A bordo se encontraban 22 tripulantes, tres pasajeros (entre ellos el líder independentista polinesio Oscar Temaru y el antiguo obispo de Evreux, en el centro de Francia, Jacques Gaillot). La noticia del abordaje fue facilitada a la cadena de televisión France 3 por Jean-Thierry, un miembro de la tripulación del Rainbow Warrior II. "Los comandos de la Marina han abierto un agujero en la sala de radio y han arrojado gas. Nos han gaseado en el interior del barco", dijo. "Espero que no haya heridos". Según el informante, "no se han utilizado armas". Antes del abordaje, lo soldados habían inutilizado la radio del buque con interferencias electrónicas.

El almirante Philippe Euverte, comandante en jefe de la fuerzas armadas francesas en Polinesia, aseguré ayer que el apresamiento del Rainbow Warrior se había logrado "sin hacer uso de la violencia, pese al empleo de granadas lacrimógenas. "No hay ningún herido", indicó el almirante Euverte, que añadió que un médico del grupo de coman dos había prestado "los auxilio necesarios" a algunos de los pasajeros afectados por el gas lacrimógeno. El general añadió que sus hombres se vieron obligado a emplear las granadas de gas porque los militantes ecologistas se habían hecho fuertes en el interior del barco y habían bloqueado las escotillas con barra de hierro.

El buque fue remolcado posteriormente al interior del atolón. Miembros de la policía judicial francesa subieron a bordo del Rainbow Warrior para empezar a tomar declaración a los tripulantes e iniciar las diligencias. Mientras tanto, desde la metrópoli y Nueva Zelanda uno de los países que con más furor ha condenado el reinicio de las pruebas nucleares en el Pacífico, se empezaron a hacer oír las primeras críticas. En París el líder socialista, Lionel Jospin, volvió a condenar la reanudación de las pruebas y declar que "desde el punto de vista político, diplomático y militar" Francia no debía haberse metido en esa situación.

Greenpeace y el Estado francés volvieron a chocar frontalmente justo en el décimo aniversario del hundimiento del primer Rainbow Warrior por un comando en el puerto neozelandés de Auckland. En aquella operación murió un ecologista. Ayer, según Jean-Luc Thierry, no hubo heridos graves aunque se produjeron intoxicaciones por el gas: "Tenemos algunos dolores en el pecho. Dos personas que han salido por las ventanillas no podían respirar".

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