"Todo cabe en el género neopoliciaco" díce el escritor Daniel Chavarría

No escriben novela negra. Lo que crean cada día el medio centenar de escritores presentes en la Semana Negra de Gijón es género neopoliciaco, una denominación que nació precisamente en el seno de este festival multicultural para amparar la gran diversidad de estilos y temas. "Todo cabe en ese rubro tan amplio e indefinido que es lo neopoliciaco si tiene suficientes elementos de intriga, marginalidad y violencia". Así opina el escritor cubano, aunque nacido en Uruguay, Daniel Chavarría, presidente de honor de la presente edición.

Para Chavarría, "la novela negra es algo muy concreto: la novela dura norteamericana de los años cuarenta, como Hammet o Chandler. Lo que nosotros hacemos es neopoliciaco", un género amplio y diverso en el que "cabe desde Crimen y castigo, de Dostoievski, o Edipo rey, de Sófocles, hasta gran parte de la obra de Shakespeare". "Lo importante es que haya una anécdota central con alguna intriga, algún suspense, que requiera un desenlace más o menos explicativo. Pero dentro de este esquema cabe todo", sostiene Chavarría, de quien se acaba de editar en España su última obra, El ojo de Dindineo (Planeta). "De manera que el género es realmente muy amplio y con enormes posibilidades".Tantas, sin duda, como ofrece la más cruda y palpitante realidad cotidiana: "El presente es una fuente inagotable de temas. Todos los días surge algo que podría entrar en esquemas policiacos". Es esa conexión implacable con la vida la que marca también la pertenencia o no al neopoliciaco, no importa que la acción se sitúe en la Grecia clásica, como ocurre en la última obra de Chavarría y en las dos que tiene en proyecto, y que completarán una trilogía.

En la realidad

Lo expresaba en el acto oficial de inauguración de la Semana su director, el escritor Paco Ignacio Taibo II: "Un escritor sabe bien que la cultura no puede estar fuera de la realidad, sino al alcance de la mano. El lector es alguien absolutamente real, personajes reales". Éste es, asegura, también el secreto de la Semana de Gijón: "Es una fiesta cultural y esto es extremadamente serio porque nos ha costado mucho trabajo encontrar la manera en que la cultura y la fiesta se encuentren sin hacerse daño y de modo que se alimenten una y otra. Es un misterio muy sencillo".

El misterio subyace como componente necesario al género neopoliciaco, pero éste no excluye la denuncia social, como ya ocurriera en la más estricta novela negra, y que constituye uno de sus elementos dignificadores frente a quienes siguen juzgando este tipo de literatura como obra menor. "Quien más quien menos, todos nosotros hemos tenido en algún momento una actitud vergonzante ante el género", expresa Chavarría. "Yo mismo, a los 20 años, consideraba al género policiaco como un subgénero, una bobería, un entretenimiento menor. Pero acabé entendiendo que la novela policiaca podría llegar a tener un gran nivel literario".