El consejero de Transportes admite estudiar el puente de Revenga sobre el río Manzanares

Todas las posibilidades están abiertas sobre la ampliación de la línea 10. Desde el puente diseñado por el anterior consejero de Transportes, Julián Revenga, para salvar la M-30 y el Manzanares, hasta el trazado subterráneo que defiende el Ayuntamiento. El estilo amable que ha marcado el traspaso de poderes del Gobierno de Joaquín Leguina a Alberto Ruiz-Gallardón encuentra continuidad entre los consejeros nombrados por este último.

El recién nombrado titular de la cartera de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Luis Eduardo Cortés, ha indicado en una conversación mantenida ayer con EL PAÍS que encargará a sus técnicos estudiar todas las soluciones posibles del paso de la línea 10 de metro sobre el río Manzanares y la M30.Cortés indica que, "por sentido común", su primera intención es apoyar lo que ya defendió en la pasada legislatura el Partido Popular en la Asamblea: el trazado subterráneo. "Habrá que estudiar lo que dijeron los técnicos del Ayuntamiento y lo que concluyan mis propios técnicos. Despuées, sopesar si este trazado tiene viabilidad y garantías". En segundo lugar, indica el consejero, habrá que estudiar la solución de que el tren pase por arriba sobre un puente. Y finalmente encargará a su equipo que busque "una tercera vía". Prosigue el consejero: "En la vida, muchas veces nos atascamos y pensamos que sólo hay dos soluciones a un problema. Yo confío en la creatividad y en terceras soluciones".

Encarecimiento

Los dos estudios que ha encargado el Ayuntamiento para que la línea 10 circule de Lago a Príncipe Pío en subterráneo suponen un encarecimiento en casi 4.000 millones del precio por el que fue adjudicado este tramo en marzo, unos 1.500 millones. Este diario planteó al consejero la dificultad de que la opinión pública acepte este encarecimiento del proyecto, máxime si se tiene en cuenta que Ruiz-Gallardón ha eliminado consejerías para ahorrar 500 millones anuales.

Cortés responde que los madrileños no aceptarían ese encarecimiento "si fuese a cambio de nada". Y lo explica así: "Si se tiene en cuenta el perjuicio que dejaría de causar al entorno y la agresión acústica que dejaría de causar a los vecinosal lado de cuyas casas pasará la vía, ese sobreprecio tendría una justificación".

Cortés quiere dejar claro que, si vence la solución defendida con uñas y dientes por el Ayuntamiento para la línea 10, no será porque ahora las dos administraciones son del mismo color político. "Hay que dejar claro que, aunque la relación es muy buena, los objetivos de las dos administraciones no pueden coincidir al cien por cien, ya que la Comunidad abarca más que Madrid".

Aparte de la línea 10 del metro, otro de los objetivos prioritarios de la consejería, en materia de transportes -lo que para Cortés significa abordarlos este verano- es un medio de transporte colectivo que llegue hasta el aeropuerto. Llevar una línea de tren desde Chamartín a Barajas (propuesta que hasta antes de las elecciones estudiaba la administración socialista con Renfe) no es la opción preferida por Cortés: "Chamartín está muy lejos del centro, lo ideal sería que partiera de Colón, pero parece imposible", reflexiona. Lo que sí desearía es un tren o metro de uso exclusivo para ir al aeropuerto.