"La poesía es una forma autónoma e insustituible de conocimiento", dice Gimferrer
"Algo más que el don de síntesis: / ver en la luz el tránsito de la luz". Así define Pere Gimferrer, en uno de sus tantos versos metapoéticos, el ejercicio de la poesía, para agregar de un modo denotativo y casi químico: "Mucho más que comunicación, la poesía es una forma autónoma e insustituible de conocimiento, cuyo rigor estriba en que sólo puede ser transmitido por las palabras en que se formula, y no más que en éstas". Fue la fórmula enarbolada ayer por el poeta barcelonés en la celebración de su 50' cumpleaños, en la Residencia de Estudiantes.
" Cada vez comprendo más aquellos versos de Jaime Gil de Biedma sobre que envejecer, morir es el único argumento de la obra'. Como a todos los jóvenes, me habían dejado insensible cuando los leí en su día, pero ahora ya sé muy bien de qué van", señaló Gimferrer, con el aplomo y la causticidad que, no obstante, le caracterizan. Asegura que el medio siglo no le ha afectado tanto como cuando alcanzó, hace un lustro, los 45 años de edad: "Sólo ahí me di cuenta de que ya no volvería a cumplir nunca más los 40".
Sin embargo, reconoce que la actual barrera cronológica le hace ser consciente de que "ya muy pronto los novísimos tendremos nietos que nos emularán. En poesía siempre ha sido así: nosotros fuimos mentores de la Generación del 27, como rechazo a la poesía de la experiencia del 50, y en breve habrá un nuevo recambio: llegarán quienes nieguen a los poetas de la experiencia de los ochenta, para volcar la vista sobre nuestra actitud estética", pronostica Gimferrer. El poeta defiende el conocimiento sensitivo y la asunción de las palabras como objetos que pueblan autónomamente el espacio como sus líneas dominantes de aperturismo.
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